Contribución en operaciones de paz

Por su historia y su cultura, América Latina es perfectamente adecuada en muchos sentidos para la contribución a la paz internacional. Aquí examinamos esta contribución.

 

En la región latinoamericana, el enfoque actual en materia de defensa está vinculado a estrategias regionales de lucha contra el narcotráfico, la violencia y el crimen. Sin embargo, los países latinoamericanos también están involucrados en otro campo de la defensa: están profundamente comprometidos con las operaciones de paz desplegadas en el mundo por las Naciones Unidas.

 

La relevancia de su participación en misiones de paz no se reduce a la contribución militar en un esfuerzo por mantener la paz a nivel internacional. De hecho, los esfuerzos de los países latinoamericanos por apoyar los procesos de democratización son sorprendentes. Dado que la historia de los países latinoamericanos se caracteriza por algunos conflictos en el mantenimiento de la democracia, su participación en operaciones de paz en países que potencialmente enfrentan dificultades similares es de suma importancia. No obstante, las diferencias sociales, culturales, militares, históricas, económicas y políticas, RESDAL reconoce las similitudes entre las experiencias latinoamericanas y aquellas de los países que están atravesando el camino de la democracia, el desarrollo y la paz sostenidos.

 

De hecho, además de desarrollar su propio mandato específico, las operaciones de paz de las Naciones Unidas brindan asistencia en la construcción del escenario post-conflicto en los países receptores. Desde los programas que implementan hasta la forma en que componen y presentan el personal militar, transmiten comportamientos, valores y perspectivas que influencian positiva o negativamente el contexto del país en cuestión. Especialmente a partir de la Doctrina Capstone en adelante, la ONU ha tomado conciencia de este desafío y de las responsabilidades que éste conlleva. Las relaciones democráticas y sociales son una de estas áreas clave donde el mantenimiento de la paz puede tener un impacto negativo o positivo en el proceso de la reconstrucción del país luego del conflicto. Dado que los Estados latinoamericanos están comprometidos en sus propios procesos de democracia y de desarrollo, constituyen un apoyo particularmente interesante en las áreas de mantenimiento de la paz. Por supuesto, las potencialidades de las contribuciones latinoamericanas pueden ser completamente implementadas solamente con un conocimiento comprehensivo de los contextos a los cuales contribuyen, con una relación permanente con dicho contexto y con una capacidad para promover derechos humanos continuamente mejorada.

 

Es innegable que la composición de las tropas enviadas por los países contribuidores ha cambiado notablemente en la última década. A fines de 2012, por cada 100 contingentes de tropa participando de operaciones de paz, 36 eran de Asia, 21 de África y 8 de América Latina. La comunidad internacional ha recibido de manera positiva esta participación renovada de los contingentes asiáticos, africanos y latinoamericanos en los esfuerzos en materia de seguridad internacional, considerando especialmente los intercambios futuros posibles entre países que han atravesado conflictos internos y experiencias de democratización similares. Sin embargo, el vínculo entre regiones y especialmente la cooperación sur-sur sigue siendo débil, y es un factor que requiere fortalecimiento en el futuro. RESDAL propone iniciativas y esfuerzos con el fin de promover dicha cooperación.