Título: El Concepto de Guerra en la Civilización del Conocimiento. Hacia un Conocimiento del Poder y su relación con el Interés Nacional, en el contexto de las Integraciones Posibles

Fecha: 01/10/2002
Idioma: español

EL CONCEPTO DE GUERRA EN LA CIVILIZACION DEL CONOCIMIENTO
HACIA UN CONOCIMIENTO DEL PODER Y SU RELACIÓN CON EL INTERÉS NACIONAL, EN EL CONTEXTO DE LAS INTEGRACIONES POSIBLES
Lic. Ricardo Auer
(Profesor del Centro se Estudios Estratégicos, Escuela Superior de Guerra)
Introducción
Las guerras modernas, llamadas también "guerras de cuarta generación" o "guerras de la civilización del conocimiento" o "guerras entre redes", ocurren dentro de territorios nacionales, pero con actores nacionales y transnacionales. Los medios para ejecutarla adquieren formas tangibles e intangibles, inclusive con ocurrencia en lugares lejanos a la zona de conflicto. Se puede considerar que el sistema es cerrado para determinados actores y sus acciones y abierto para otros. Por ello el análisis sistémico debe contemplar no sólo el accionar irracional de los actores directos en conflicto sino también todos los otros factores de poder que actúan directa o indirectamente, ya que su accionar irracional concurre directamente dentro del sistema nacional en estudio, a una mayor conflictividad, cuali y cuantitativamente.
Desarrollo
1. No decimos nada nuevo si afirmamos que la división internacional del Poder pasa hoy por la división internacional del conocimiento. Casi siempre se habla del Poder del Conocimiento, antes que observarlo desde el Conocimiento del Poder. Lo que habitualmente se destaca en relación con el Poder es la obtención o posesión de un conocimiento expresado como hardware, es decir, de un dominio científico-tecnológico, manifestado en sofisticados armamentos, arsenales nucleares, redes informáticas, microprocesadores, satélites, redes comunicacionales o logísticas u otros. Tal vez de ex profeso o no, se soslaya el hecho que el conocimiento necesita de un software para que el implícito Sistema de Poder funcione. La presencia de un software de aplicación, tal vez la parte mas importante para el Poder, es un aspecto demasiado poco resaltado del conocimiento. Este software son las diferentes estructuras de ideas, formas organizativas, doctrinas, religiones, culturas y valores. Como el hardware es transferible por medios económicos, su uso y ventaja suele ser temporal. Por el contrario, el software del conocimiento, como guarda relación con la cultura y los valores, es menos transable económicamente y sólo es transferible a largo plazo. Lo importante es que cuando se analiza el Poder se deben integrar ambos conceptos del conocimiento, los que actúan en forma sinérgica.
2. Hablar de Poder, no es hablar de algo malo o bueno en sí mismo. El poder de la fuerza, de la riqueza o del conocimiento, son comunes a todos los sistemas políticos, a todas las naciones y a todos los tiempos. El poder ha evolucionado junto con el hombre y se ha creado, desintegrado y recreado tantas veces como evoluciones ha tenido la humanidad. Cambia de formas de manifestación, de accionar, pero siempre está presente. Sería necio quien lo negara, como falso quien lo rechazara. Su uso concreto puede ser caracterizado como racional o irracional; o bien, legítimo o ilegítimo, es decir, subjetivamente, correcto o incorrecto. Lo queda claro es que dicha caracterización varía con cada visión cultural, por lo que es importante destacar su ubicación o sus poseedores, caracterizados por sus respectivos "software". Otro aspecto del Poder es que se lo puede malgastar o desperdiciar, cuando no se tiene conciencia del propio poder.
3. En las últimas décadas ha habido una gran transformación y recambio de las Estructuras con Poder. Las Guerras entre Naciones o Imperios fueron la expresión de la disputas de dichos poderes, acumulado dentro de fronteras nacionales, manifestados por la posesión de fuerzas militares, económicas y de recursos naturales. A dicho período le siguió la llamada "Guerra Fría o Bipolar", guerra entre Estructuras Ideológicas de Poder, pero con base en estados nacionales, que terminó con la implosión de la URSS y con ello, las "guerras ideologizadas". Notablemente se observa que las "ideologías internacionalistas", fundamentalmente el socialismo o el comunismo, van perdiendo Poder (político), pero también ocurre lo mismo con las de origen liberal o capitalista, que permanecen en la agenda actual mas por el accionar, interés y difusión de los grupos de poder económico, que por el poder de las ideas mismas; realidad poco destacada en el debate político mundial. En estos tiempos, hay mas lucha de Estructuras de Poder entre sí, que lucha por las ideas.
4. Como explicara Douglass North, Premio Nobel de Economía en 1993, las acciones de la gente, de las corporaciones, de los gobiernos, de las Estructuras con Poder, no siempre son racionales, tal como se suponía. Muchas teorías económicas no están basadas en evidencias empíricas o científicas, sino en la influencia de grupos poderosos que perciben que las mismas "funcionan", porque a ellos les son mas funcionales; es decir, están en orden a sus intereses. La irracionalidad de persistir en sostener tales teorías, pese a que no sean adecuadas para los intereses generales o al Bien Común de una sociedad, son factores que contribuyen a aumentar los problemas de inestabilidad y de gobernabilidad, cuando dichas "teorías" se convierten en políticas institucionales o de gobierno.
5. El Premio Nobel Stiglitz indica que los "conflicto de intereses" o "puertas giratorias", entre funcionarios del estado o de los organismos multilaterales (ej. FMI) y los intereses de corto plazo, sectoriales, particulares, muchas veces se resuelven en forma irracional, inclusive en los EEUU, en contra de los intereses del estado. Actualmente se externalizan por medio de las luchas entre el Departamento de Estado y la Secretaría del Tesoro. Los grupos particulares influyentes, no son un Poder Unico Mundial, o un bloque homogéneo, como explican algunas teorías conspirativas, pero son intereses poderosos, diversos, pero con gran capacidad de lobby, organizadas en redes de alcances mundiales. El problema es que las mismas, en pos de sus beneficio particulares, se hacen oír con desproporcionada intensidad, en general por medio de la acción de expertos provenientes de la comunidad financiera, que ven el mundo desde su punto de vista y no desde el interés general. Este desbalance, si estuviese falto de contrapesos adecuados, genera irracionalidades que normalmente perjudican al Bien Común.
6. A partir de 1990 se observa con mayor claridad que en el mundo actual, el Poder se ha dispersado notablemente, afectando inclusive a los intereses de las grandes potencias militares, por efecto de una creciente privatización de las decisiones políticas estratégicas; y se está reagrupando en redes de poder privadas, de alcance mundial, no encerradas necesariamente dentro de fronteras nacionales, las cuales, por ser altamente flexibles y volátiles, generan crecientes niveles de incertidumbre y de inestabilidad. En este período, quienes han incrementado relativamente su poder, en detrimento del poder de los estados-nación, son, en primer lugar, varios grupos concentrados del poder económico-financiero internacionalizado; los valores religiosos, no necesariamente sus estructuras (iglesias); el llamado "crimen organizado", ramificado internacionalmente (mafias, narcotráfico, contrabando de armas, etc.); grupos que utilizan acciones violentas o terroristas, con diversos fines: separatistas, políticos, económicos, religiosos. También se destacan aquellas organizaciones que giran alrededor de conceptos transnacionales: ecologismo, feminismo; pseudo-religiones; derechos humanos internacionales; etc.
7. Podríamos definir, a los efectos didácticos, como "guerras o conflictos modernos" a aquellos que se producen entre los dispersos actores o redes que poseen Poder en el mundo actual. Ya no se trata de confrontaciones sólo entre naciones, sino que también participan otros "grupos de intereses" y otros "barones de la "guerra". La multilateralidad del Poder no cambia su propia naturaleza o su propio accionar. El Poder sigue siendo racional o irracional, legítimo o ilegítimo, correcto o incorrecto, de acuerdo a su uso, y con relación a su visión cultural, y puede seguir favoreciendo o perjudicando a los pueblos, a las naciones, a la gente común. Lo inadmisible, en estos tiempos, sería desperdiciarlo o malgastarlo.
8. Podríamos ejemplificar un uso "racional o correcto" a la utilización del poder financiero para desarrollar una zona y dar trabajo digno a su población; o bien, usar el poder cultural o religioso para pacificar una "guerra". Sería "irracional o incorrecto" el uso del poder de los "barones de la droga" para corromper funcionarios o gobiernos; o bien, la utilización del poder financiero para prácticas económicas abusivas (oligopolios, monopolios, abuso dominante del mercado) o bien especular contra la economía de un país, tratando de hundirla para comprar sus activos mas baratos. El terrorismo utiliza su poder "irracional" para matar o secuestrar ciudadanos, con el objeto de intimidar a su población o a sus gobernantes, elegidos democráticamente. O bien el uso irracional de los recursos, como la emigración de la materia gris nacional; el uso irracional de los medios políticos, como mantener abusivas prebendas de un sector de la población.
9. Las naciones, como expresión de pueblos con ideales compartidos, culturas singulares y destino común, si bien han perdido parte de su Poder, aún mantienen el grueso del mismo a escala mundial. Es relevante destacar que las naciones mejoran su Poder fortaleciendo sus instituciones democráticas, así como también fortificando su identidad nacional, su cultura y sus valores (su software), además de su desarrollo económico, tecnológico y productivo (su hardware). Las naciones pierden poder cuando la falta de equidad social alcanza límites no tradicionales y la sociedad se disgregan internamente y sus sectores sociales pierden su espíritu comunitario, entre otros factores que lo limitan. El embate de las Estructuras o Redes de Poder, mas allá de su caracterización positiva o negativa, produce alteraciones en la vida de las naciones, que pueden resultar "dosis letales" si no se está adecuadamente preparados para soportarlas. Inversamente, algunas naciones preparadas, con la inteligencia comunitaria adecuada, pueden sacan provecho de tales redes de poder, si adaptan las políticas necesarias para transitar lo inevitable en cada ciclo mundial.
10. Las "guerras" modernas" tienen los mismos objetivos que en la antigüedad: aumentar el poder propio y disminuir el del contrario o de los "otros poderes", aunque ahora la lucha se propague por medio de las Estructuras de Poder Privadas y no sólo entre naciones. Todas ellas utilizan preponderantemente, profundizando lo realizado durante la "Guerra Fría", el software del conocimiento, entre los que se debe destacar el "manejo" de las doctrinas; la manipulación psicológica y de las ideas; los "operativos de prensa" en los mass media; la desinformación y la contrainformación; mucho mas que las mismas armas de destrucción, aunque hay que descartar que esos nuevos poderes organizan, en algunos casos, hasta sus propias fuerzas armadas mercenarias, al estilo de Sir Francis Drake o los "condottieri" italianos en el siglo XIII-XV, como es el caso de las narco-guerrillas y otras fuerzas "irregulares".
11. Para dominar un espacio se trata de colocarlo en posición de no poder defenderse. Para ello se corrompe a sus "dirigentes", se los induce a hacer, o a pensar, lo contrario de lo que le conviene a la Nación; se arruina económicamente a un pueblo si hace falta, se los despoja de sus bienes; se les inculca que ellos mismos son inferiores e incapaces de gobernarse a si mismos; se crean estados paralelos con propias administraciones; se intenta disociar territorios, particularmente si se corresponden a las fronteras de los nuevos espacios vitales (ecosistemas, energía, alimentos, agua) o bien, por último, se trata de vencer militarmente al oponente.
12. Como consecuencia de estas "guerras modernas", vastos sectores de las poblaciones de las democracias con baja representatividad o legitimidad, o bien, carentes de fuertes instituciones (democracias formales), van perdiendo Poder (dejando a vastos sectores de la población sin "representantes" en la disputa del Poder), que se traduce en crecientes desigualdades económicas y sociales. Eso genera un escalamiento de la conflictividad o de la "guerra por otros medios". Es el resultado macro del accionar de grupos de poder mundial, que penetran los espacios territoriales nacionales, "privatizando" las decisiones políticas en función de sus propios intereses, sustituyendo en los objetivos al Bien Común, que cada sociedad necesita para convivir "civilizadamente". El conjunto de agresiones, que componen un verdadero Sistema "Caótico" de Agresiones, si no están correctamente atendidas por un Sistema Defensivo Integral, dan como resultado un debilitamiento de los poderes nacionales, generando un aumento de la conflictividad interna.
13. En muchas democracias débiles, los "gobernantes a cargo" pierden la gobernabilidad de sus naciones, fundamentalmente por no estar capacitados para atender los variados "frentes de lucha" de estas "guerras modernas", donde se combinan varios factores: diversas agresiones económicas; corrupción mafiosa; medios de comunicación globalizados (la gran industria del entretenimiento), que diezman la resistencia cultural de los pueblos, corrompiendo sus valores morales; intentos de homogenización cultural para crear el consumidor standard universal, por parte de ciertos grandes grupos económicos; se produce una crisis de las lealtades, fundamentalmente a la comunidad de origen, aumentando el individualismo y el "sálvese quien pueda"; otros grupos económicos tratan de dividir a los países para ejercer un "control" de sus riquezas físicas y energéticas; desarme de las fuerzas armadas, mediante diferentes argumentos; su utilización creciente en tareas "externas" a su natural base de sustentación nacional, transformándolas paulatinamente en fuerzas mercenarias internacionales; militarización interna vía las fuerzas de seguridad para combatir la creciente "inseguridad". Al haber tantos "frentes" las viejas camadas dirigenciales, que no comprenden integralmente el nuevo fenómeno, ni están capacitados para enfrentarlo, resignan fácil o rápidamente cuantiosos resortes del poder del estado, "negociando" solo prebendas minúsculas y dejando sin protección a los intereses de vastos sectores de la población, porque cabe recordar que es el estado nacional el único resorte de poder con que cuentan los pueblos en su "lucha por el reparto del poder".
14. La gobernabilidad tampoco puede mejorarse "perdiendo la guerra sin pelear", es decir, adoptando "verdades ajenas" sin ningún tipo de estrategia interna, pues hay demasiados contendientes y de hecho la "guerra" continuaría igual dentro del territorio. Lo correcto es aceptar, en primer lugar, que este tipo de "guerra" es inevitable y conforme a la época actual. En segundo, se trata de que el combate se aleje de nuestro territorio y en caso que ello no sea posible, se debe adaptar y reforzar las defensas propias, conociendo la naturaleza del conflicto, el hardware y software del conocimiento, comenzando a combatir el uso irracional (la barbarie), ilegítimo, y negativo del poder. En resumen, se trata de defender, racional y legítimamente, su aplicación en beneficio del Interés Nacional, que es el modo mas eficiente de contribuir al desarrollo de nuestra Civilización.
15. El Interés Nacional puede ser concebido como equivalente al Bien Común, entendido como "el conjunto de aquellas condiciones de la vida social que permiten a los grupos y a cada uno de sus miembros conseguir más plena y fácilmente su propia realización". Comporta tres elementos esenciales: el respeto a la persona, exige el bienestar social y el desarrollo del grupo mismo, e implica la paz, es decir, la estabilidad y la seguridad de un orden justo. "Si toda comunidad humana posee un bien común que la configura en cuanto tal, la realización más completa de este bien común se verifica en la comunidad política. Corresponde al Estado defender y promover el bien común de la sociedad civil, de los ciudadanos y de las instituciones intermedias". (Del Catecismo de la Iglesia Católica). En la Argentina se lo entiende como plenitud en la realización de la persona humana, en la satisfacción de sus necesidades y aspiraciones. Contiene una concepción comunitaria o de unidad nacional, ya que nadie se realiza en una comunidad que no se realiza. Incorpora la equidad social, para dar a cada persona su oportunidad, y la soberanía política, como base de una verdadera democracia, donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés: el del pueblo.
16. El Interés Nacional lleva necesariamente implícito el concepto de inserción regional y continental, considerando la vecindad geográfica, la historia y la geopolítica, como modo de incorporarse al proceso de integración mundial o global. Por ello está contenido en la política internacional del país, tal vez hoy la mas importante de las políticas del estado, debido a las características del actual contexto internacional y la necesidad de inserción en el mundo que tiene todos los países, para que sus pueblos tengan la oportunidad de vivir con dignidad. Se identifica el poder de una nación con su Interés Nacional, porque es el que evita los mayores estragos de las "guerras" modernas. El Interés Nacional equivale al Poder que se disponga para sostenerlo y como tal, sólo puede ser empleado en función del mismo. No se concibe una política internacional contraria al interés nacional. Éste también se lo relaciona con la grandeza nacional (concepto referido a la defensa y aprovechamiento del patrimonio espacial - territorial, marítimo, insular y aéreo - y sus recursos naturales, a los recursos humanos, y sus potencialidades).
17. Para defender el Interés Nacional es necesario, y como condición, disponer de la mas amplia legitimidad del Estado, que debe disponer a pleno su capacidad de responder al contexto y a las demandas internacionales, pero también a las internas, descartando cualquier impedimento para dictar políticas independientes. Ello conlleva la legitimidad de la dirigencia política, a cargo de la conducción del estado, cuya esencia es la representatividad, en tanto resume las necesidades, aspiraciones e intereses del pueblo argentino. De lo contrario, existirá el riesgo de que se sigan imponiendo los criterios autoritarios ó mesiánicos, o de la privatización de las decisiones soberanas, a favor de ciertos privilegios, de espaldas a la consideración de la sociedad, lo que no haría mas que afectar el Interés Nacional.
18. Estamos viviendo una nueva etapa de la Humanidad. Los poderes del mundo construyen cambios que van dando forma a esa Civilización. Pero también cada parte le incorpora su cultura, modelando así una nueva civilización, que algunas llaman la Civilización del Conocimiento. Las cuotas partes de Poder dan forma y figura a la misma. Naciones con nulos Intereses Nacionales serán arrasadas por esta nueva corriente civilizadora. Las expresiones culturales, las individualidades nacionales dependen de la construcción de poder suficiente para defender sus derechos y su misma existencia.
19. Si el punto de encuentro y de discrepancia de los conflictos modernos es el conocimiento y en particular su software, se hace necesario centrar en este punto la clave de su resolución. Por la misma evolución de la presente Civilización, caracterizada por la perfección de los medios y la confusión de los objetivos, se producen profundos cambios en todos los órdenes de la vida de los pueblos, los que se deben ser conducidos integralmente. Los cambios civilizadores, generadores de progreso, deben estar compensados por la continuidad de las Culturas de los Pueblos, manifestada por una recuperación de la Virtud, de los valores, de los principios, bases y creencias de cada pueblo. Esto significa un respeto a los Derechos de los Pueblos a disponer de sus modos y de sus tiempos de acoplamiento hacia esa nueva Civilización.
20. El centro de gravedad de los conflictos está en la asincronía entre civilización y cultura y entre economía y política. Estas asimetrías generan conflictos, expresado de mil formas. Las múltiples combinaciones no armónicas de todos los factores, imposibles de conciliar en tiempos finitos, conducen a escenarios de lucha. Argentina tiene una larga tradición de conflictividad entre los factores anteriormente citados y ha sido el motivo de una maduración incompleta o incorrecta. La introducción con forceps y a destiempo de teorías económicas aperturistas, que los mismos divulgadores no aplicaban en sus países de origen (o lo hacían a medias), y que no encajaban con la realidad temporal y social de nuestros lares; o el impulso de teorías ideologistas marxistas que tampoco se cumplían en los paraísos socialistas, cuyos pueblos eran sometidos a feroces dictaduras, son ejemplos diferentes, pero entroncados en las mismas corrientes civilizatorias materialistas, que chocaban con la cultura nacional que no entendía cual era el beneficio de comprar, sin beneficio de inventario, aportes que terminaban perjudicando, objetivamente, el nivel de vida nacional. Se podría seguir ejemplificando con la guerrilla marxista, el narcotráfico o la vulgaridad de medios de comunicación que degradan la cultura y las costumbres locales, así como ciertas teorías económicas del FMI, que terminan por contribuir negativamente al bienestar nacional.
21. Muchas decisiones, de todo tipo, relacionadas o con incidencia directa en cada espacio nacional depende de múltiples decisiones tomadas por las redes o estructuras de poder, en puntos muy distantes del planeta. Sin embargo todas las causas de inestabilidad, de inseguridad u otras problemáticas, se perciben como netamente locales o como consecuencia exclusiva de factores internos, sean éstos demandas sociales, intereses sectoriales, políticas públicas, niveles de corrupción, ineficacia de las instituciones, u otras. Para lograr gobernabilidad, es sin duda necesario un equilibrio entre los resortes de decisión nacional y los factores externos o de las redes. Para ello es imprescindible contar con dos elementos sustanciales: (a) un proyecto o visión (en términos mas modernos), es decir una imagen sugestiva del futuro de la comunidad nacional y de su inserción internacional y (b) el liderazgo personal o grupal, para llevarlo adelante, es decir, generar el consenso necesario y lograr el apoyo entusiasta de la mayoría de la comunidad.
22. Sin dicho equilibrio, el riesgo estratégico es generar un escalamiento de la conflictividad regional, persistiendo en un enfrentamiento continuo entre la base cultural de nuestro pueblo, con sus necesidades concretas y una corriente civilizadora de conocimientos, que cabalga sobre un software diferente y que es necesario adaptar y no adoptar. Hay tiempos y formas. Propuestas como la de "sin anestesia", producto de la voracidad de intereses privados de corto plazo; o bien el permisivismo o demora en enfrentar al ideologismo "facilista" (a contra mano de la historia y supérstite, por inercia ideológica de la etapa bipolar, que se introduce como "agua por debajo de la puerta", enlodando nuestros valores), puede llevarnos a grados aún superiores de decadencia nacional.
Conclusiones
- El poder se manifiesta actualmente por medio de los avances científico-tecnológicos, como núcleo de un hardware, que se aplica desde la plataforma de un software, íntimamente relacionado a la cultura de cada pueblo.
- El avance de la civilización del conocimiento tiene frecuentes choques de acoplamiento con las formas culturales de cada pueblo, produciéndose simultáneamente conflictos enfrentados de integración y de fraccionamiento .
- El Interés Nacional, definido en relación del Bien Común, en un contexto de necesaria Integración entre los pueblos, es el marco de contención o regulador del ritmo de adaptación o inserción a dicho proceso.
- Las acciones de cooperación internacional, se ven contrapesadas en muchos casos, por dichos conflictos de intereses, que producen innecesarios debilitamientos estructurales que afectan los intereses del conjunto de la comunidad internacional, en beneficio de poderes absolutamente irracionales.
- Resulta poco racional, además de ineficiente, para los intereses de los pueblos, al menos de los países iberoamericanos, caracterizados en esta etapa de su desarrollo, por sus crisis estructurales permanentes, las prácticas económicas especulativas de muy corto plazo, o la privatización excesiva de las decisiones políticas soberanas, realizadas por parte de grupos de poder económico, a costa de debilitar las estructuras básicas de los estados-nación, ya que se resienten los sistemas de defensa nacionales o integrados.
- Para lograr acuerdos o políticas de defensa o sistemas de seguridad interamericanos resulta indispensable administrar adecuadamente los débiles equilibrios metaestables entre las poderosas Estructuras de Poder, de todo tipo, en juego en el espacio de las naciones iberoamericanas, evitando como acción concertada los abusos o prácticas irracionales de todos ellos.
- Otros dos pre-requisito necesarios son, por un lado, la legitimación constante de la administración de los estados nacionales, es decir la transparencia de los sistemas políticos que garanticen el máximo nivel de representatividad de las opiniones populares como el mas sano criterio de gobernabilidad democrática. Por otro lado, se deben respetar los criterios culturales de los pueblos, evitando su ahogo o su debilitamiento producto de abusos irracionales de los medios masivos de comunicación, que denigran el respeto y las costumbres de los mismos.
- Esta nuevo Pacto Interamericano debería regular el flujo de inversiones económicas, facilitar racionalmente las aperturas económicas en todos los sentidos, y lograr una política de defensa integrada, en orden a lograr un beneficio de los intereses nacionales de todos los pueblos de la región. El fracaso de dicha concertación internacional llevará a mayores niveles de conflictividad en la región y un aumento de la violencia y del terrorismo, que por sus carácter irracional, podría ser plataforma de expansión hasta llegar con mayor intensidad a los países centrales.
Bibliografía consultada
"El fin de la historia", Francis Fukuyama; "La Crisis del Internacionalismo Liberal", Stanley Hoffman; "La Guerra del Siglo XXI", Lester Thurow; "Las Guerras del Futuro", Alvin y Heidi Toffler; "La Nueva Edad Media. El gran Vacío Ideológico", Alain Minc; "El Gran tablero de ajedrez", Zbigniew Brzezinski; " La Cultura es lo que importa", Samuel P. Huntigton y L.H. Harrison; "Conocimiento y Poder", Ricardo Auer; diversas obras del Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires, Heriberto Auel y otros.
Fuente:
Ponencia preparada para el V Encuentro Nacional de Estudios Estratégicos, Buenos Aires, 1 al 3 de octubre de 2002