Título: Seguridad Hemisférica: La Visión de los Estados Unidos de América

Fecha: 30/01/2004
Idioma: español

SEGURIDAD HEMISFÉRICA: LA VISIÓN DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA
Craig A. Deare
El propósito de este paper es de brevemente explicar la posición de los Estados
Unidos con relación a la Seguridad Hemisférica, y analizar porque se mantiene la
perspectiva que la rige.
Visto desde una perspectiva bastante amplia, los Estados Unidos está
fundamentalmente satisfecho con la arquitectura de seguridad hemisférica que está
planteada al inicio del siglo 21. Seguramente, ningún funcionario del gobierno postularía
que la configuración actual de la estructura es sencilla, elegante, y clara. No obstante, sí
argumentarían que a pesar de un proceso de desarrollo no linear desde el fin de la
segunda guerra mundial y los inicios de la guerra fría, las estructuras que han surgido
siguen siendo fundamentalmente sanas y suficientemente adecuadas para enfrentar el
desafió de confrontar tanto las amenazas tradicionales como las emergentes del nuevo
milenio. La intención de los EE.UU. con respecto a la Conferencia Especial Sobre
Seguridad celebrada en México tenia dos propósitos: intentar refrescar y reforzar las
instituciones existentes del Sistema Interamericano con relación a la Seguridad
Hemisférica, y alentar la re-definición de los objetivos colectivos de los estados
miembros de la Organización de Estados Americanos dentro del contexto de un ambiente
internacional y regional que ha cambiado.
Los Estados Unidos estiman que la arquitectura de seguridad existente –
precisamente la Carta de la OEA, el Tratado de Rió, y los variados convenciones de
seguridad sub-regionales – han sido efectivo al tratar las amenazas tradicionales del
pasado, y estima que la arquitectura es lo suficientemente flexible para confrontar el
espectro de las amenazas emergentes de hoy y del futuro. Los EE.UU. estiman que la
emergencia de comités y órganos dentro de la misma OEA, tales como el Comité de
Seguridad Hemisférica, el Comité Interamericano Contra el Abuso de Drogas, el Comité
Interamericano Contra el Terrorismo, el proceso de Conferencias Regionales de Fomento
de la Confianza y la Seguridad como evidencia de la aptitud del sistema para adaptarse la
amenazas y los nuevos desafíos.
A pesar de la realidad que los Estados Unidos, como un poder global con
intereses globales, sigue preocupado con las amenazas tradicionales a su seguridad
nacional, también reconoce que hay un cambio significativo en la naturaleza de las
amenazas, sobre todo con respecto al Hemisferio Occidental. Los Estados Unidos
reconoce plenamente que una visión estrecha y tradicional de la seguridad que se
preocupaba primordialmente con un ataque externo por las fuerzas armadas de otro actor
estatal se ha expandido para incluir a una concepción multidimensional que va mas allá
de la amenaza militar clásica, y confronta también aspectos políticos, económicos,
sociales, naturales y/o medio ambientales. La perspectiva Estadounidense, sin embargo,
es que no toda preocupación representa una amenaza, sobre todo una amenaza de
seguridad, y se requiere una diferenciación para responder de forma adecuada a aquellos
desafíos. Los EE.UU. han empezado a clasificar estos asuntos de seguridad en categorías
distintas de amenazas, desafíos, y preocupaciones.
Amenazas
Los Estados Unidos reconocen que además de las amenazas militares presentadas
por actores estatales con ejércitos existentes, se encuentran una serie de amenazas
transnacionales que han surgido en el pasado reciente, que incluyen el terrorismo, la
proliferación de armas de destrucción masiva, trafico de drogas, trafico ilícito de armas,
lavado de dinero, crimen organizado transnacional, controles fronterizos débiles,
migración masiva descontrolada, como también amenazas a redes de transportes y de
comunicaciones y elementos críticos de infraestructura. La inclusión de lavado de dinero
representa un ejemplo claro de cómo la perspectiva Estadounidense ha evolucionado.
Los Estados Unidos también reconocen que estas nuevas amenazas ahora son
prominentes en el Hemisferio Occidental, y que debido a su naturaleza no-tradicional,
requieren soluciones no-tradicionales. En todos los casos, la respuesta transciende la
contestación militar clásica, y requiere respuestas que son multidimensionales,
multilaterales, coordinadas, y cooperativas si van a tener alguna oportunidad de ser
verdaderamente efectivos.
Desafíos y Preocupaciones
La perspectiva Estadounidense es que existen una variedad de asuntos que,
aunque no encajan dentro de un esquema de amenaza de seguridad, ciertamente tienen un
vínculo directo al asunto y tienen que reconocerse y resolverse de manera apropiada.
Estos asunto incluyen factores como la fragilidad de gobiernos e instituciones
democráticos, abusos de derechos humanos, desastres naturales y de medio ambiente, al
igual que la degradación medioambiental, inestabilidad económica, corrupción,
inseguridad ciudadana, epidemias de salud (tales como el SIDA y el SARS), y la pobreza
extrema.
Aunque los Estados Unidos reconoce que estos desafíos y preocupaciones son
muy serios y están vinculados directamente a la variedad de amenazas de seguridad, no
son amenazas de una naturaleza de seguridad en si. Como resultado, la arquitectura de
seguridad no es, ni debe ser, la estructura en la cual se tratan estos asuntos. La visión
Estadounidense es que estas preocupaciones deben confrontarse por los departamentos y
ministerios de gobiernos soberanos, al igual que por esfuerzos internacionales,
regionales, sub-regionales, y bilaterales.
Análisis
Un análisis del porque los EE.UU. ha adoptado esta posición, y cual es su
estrategia futura en el debate hemisférico es menos evidente explícitamente, y requiere un
poco de especulación. Al inicio, debo aclarar que aunque a través de este documento al
usar el termino Estados Unidos, me refiero al gobierno de los Estados Unidos, y mas
específicamente, a la rama ejecutiva. En aquellas circunstancias donde el ejecutivo y la
legislatura pertenecen a un mimo partido político, podría ser el caso que ambas ramas
compartieran una misma perspectiva de la política. Sin embargo, aun esa condición no es
una garantía que las visiones de la política serán compartidas, y durante las situaciones
done el ejecutivo y la legislatura pertenecen a partidos diferentes, las posiciones de la
política muy probablemente serán distintos. Es mas, aun dentro de la rama ejecutiva,
muchas veces existen posiciones diferentes entre los actores burocráticos principales,
primordialmente los Departamentos de Estado y de Defensa, como también los asesores
del Gabinete de Seguridad Nacional.
A pesar de la aclaración anterior, creo que es valido asumir que todos los tres
actores principales comparten la perspectiva que la arquitectura de seguridad existente es
adecuado para la tarea dada, y debe ser apoyado. La razón principal es una de ser
prácticos; aunque un poco difícil de manejar, la arquitectura ya existe, y no se tiene que
crear de la nada. Quizás si uno estuviera empezando de cero, y se propusiera una
arquitectura nueva de la nada, se vería distinta de la actual. Pero el costo en recursos –
esfuerzo, dinero, y sobre todo el tiempo – de deshacerse del sistema y construir uno
nuevo es simplemente prohibitivo, y todos los actores concordarían con ese análisis.
Mientras los actores individuales de la burocracia Estadounidense discuten la
variación de amenazas, preocupaciones, y desafíos, es probable que haya una divergencia
medible sobre cuales asuntos son verdaderamente amenazas, cuales son desafíos, y cuales
simplemente son preocupaciones, con el Departamento de Defensa probablemente
dispuestos a una perspectiva mas tradicional de las amenazas de seguridad, y el
Departamento de Estado mas dispuestos a reconocer que el lavado de dinero pueda ser
una amenaza verdadera. El procedimiento por el cual estas diferencias se adjudican y se
deciden es el proceso interagencial formal, y aunque es un poco lento y pesado, tiene la
ventaja de llegarse a una posición de unidad en el gobierno.
La nueva variación de este procedimiento es el reconocimiento por los actores
institucionales dentro del sistema que estas nuevas amenazas son de una naturaleza
multidimencional, y por su carácter, requieren contestaciones que son multidimensionales
también. Este reconocimiento esta afectando la manera en la cual los departamentos y las
agencias se organizan para confrontar las amenazas, con la creación de entidades
conjuntas e interagenciales para asegurar que la información se comparta y distribuya de
manera actualizada.
La estrategia futura mas probable de los Estados Unidos con respecto a la
Seguridad Hemisférica es relativamente clara. Los EE.UU. insistirán que la OEA busque
maneras de revigorizar y fortalecer la variedad de instituciones de seguridad
Interamericanas. Los EE.UU. también utilizaran las entidades regionales y subregionales
para promover sus intereses de seguridad. En última instancia, cooperara de
forma bilateral de ser necesario para asegurar que su seguridad será protegida. Pero dado
la naturaleza multidimensional de las amenazas que afectan al hemisferio, y el imperativo
resultante que soluciones multilaterales se requerirán dos para confrontar aquellas
amenazas, es cierto que los Estados Unidos funcionara a través de la arquitectura
hemisférica para defenderse de aquellos peligros comunes a todas las naciones de la
Fuente:
Ponencia presentada en el Seminario “Defensa Europa – América Latina”, organizado por la Chaire Mercosur de Sciences Po-Francia y FLACSO-Chile