LA MODERNIZACIÓN DEL MINISTERIO DE DEFENSA

Claudio Ortiz Lazo*
Agosto 2008


Uno de los aspectos principales del proceso democrático que ha experimentado el sector de la defensa, desde el retorno a la democracia en 1990, ha sido la búsqueda de un marco apropiado para los procesos de toma de decisión en el Ministerio. Desde mediados de la década pasada, se ha discutido en ese organismo público acerca de las necesidades de tener nuevas estructuras, que digan relación con las respuestas adecuadas para enfrentar las amenazas y oportunidades que se han presentado a partir del fin de la Guerra Fría. Sin embargo, recién en septiembre de 2005, ingresó a trámite legislativo en el Congreso Nacional un proyecto de Ley del Ministerio de Defensa Nacional.

Este proyecto tiene varias características que deben ser consideradas, entre ellas una propuesta de estructura ministerial. En la actualidad existe una estructura organizacional con un titular ministerial, cinco subsecretarías que representan a las instituciones armadas y las de orden y seguridad (es decir, las policías), un Estado Mayor de la Defensa, una Dirección Administrativa (que tiene a cargo las operaciones del edificio donde se ubica el Ministerio), además de varias organizaciones dependientes como la Dirección General de Movilización Nacional (encargada del sistema de la conscripción), la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (el centro académico del Ministerio), y el Centro de Entrenamiento Conjunto para las Operaciones de Paz de Chile (el que genera la preparación de las tropas que son enviadas a operaciones de paz), entre las principales.

El sentido del proyecto de Ley, es dotar a la organización superior de una estructura con herramientas adecuadas para la toma de decisiones. El marco legal vigente se encuentra disperso en varios cuerpos legales, que no sólo constituyen diferentes tipos de normas, sino que también obedecen a situaciones históricas escasamente conectadas entre sí. Busca, por lo tanto, que la legislación por la cual se regularía el Ministerio de Defensa sea coherente con el resto de la normativa que rige al Estado chileno, de acuerdo a la Ley Orgánica Constitucional de Bases Generales de la Administración del Estado.

Por otra parte, el proyecto no sólo atiende a mejorar la estructura del Ministerio, sino que también aspira a mejorar la relación político militar. Enfatiza la complementariedad del trabajo entre civiles y uniformados, y abre espacios para profesionales civiles y militares con estudios en defensa, que posean tanto el conocimiento adecuado, como la experiencia para mejorar los procesos administrativos de la institución.

En ese sentido, el proyecto propone cambios significativos para el futuro Ministerio:

A pesar de la existencia de amplios niveles de consenso, el debate en el Congreso no ha sido sencillo. Uno de los temas centrales que ha sido tenido en cuenta por los parlamentarios, es el hecho de que en un sentido más general, el proyecto reestructura y transforma todo el sector de la defensa. Es decir que su diseño no sólo afecta al Ministerio. De allí, en parte, la demora en su tratamiento. Otra dificultad implícita en el desarrollo del debate, ha sido el hecho de que la defensa no constituye un principal tema de agenda, al no existir una urgencia o una amenaza manifiesta1.

El proyecto de ley que moderniza el Ministerio de Defensa, puede ser considerado el mayor adelanto de la institucionalidad de la defensa de Chile en los últimos años, y la primera vez en la que se promueve una innovación sin que hayan existido apremios ni amenazas directas. Puede ser considerado un avance, no sólo en el desarrollo del sector de la defensa, sino especialmente en la evolución de la creación de políticas públicas en el Estado chileno.

* Ministerio de Defensa. El análisis representa una posición personal y no involucra a dicha institución. Artículo publicado en la ediciçón 2007 y actualizado para la presente edición
(1) Nota del Editor: en el mes de julio de 2008 el proyecto fue aprobado en general por la Cámara de Diputados. Al cierre de la edición restaba la aprobación por parte del Senado.