El Cambio de Paradigmas y las Nuevas Gestiones sobre Segurida en America Latina

Gabriel Gaspar


I. PRINCIPALES PROCESOS DE CAMBIOS EN LA POS GUERRA FRIA

En la serie de cambios que se desencadenan en el periodo de post Guerra Fría destacan dos procesos: por una parte, una recomposición de las hegemonías a escala mundial, y por otra, la profundización de una sustancial intensificación de la revolución científico técnica que impacta a la economía mundial.

A. El proceso de recomposición hegemónica.

El derrumbe del Muro de Berlín simbolizó el desmembramiento del campo socialista y la desintegración de la Unión Soviética y el Pacto de Varsovia. Con ello, desapareció el orden bipolar que caracterizó el orden mundial desde el fin de la Segunda guerra Mundial, todo lo cual provocó profundos cambios en el escenario del poder mundial.

En este proceso las diversas potencias, tanto las antiguas como las emergentes, readecuan su diseño estratégico y su posicionamiento en el ámbito global. Al respecto, de una manera solo descriptiva podemos resumir lo siguiente:
  1. El principal dato se expresa en la condición de super potencia que alcanzan los EEUU de América. Particularmente expresado en el ámbito estratégico, unido a la voluntad política de usar dicho potencial en la neutralización de las amenazas a su seguridad. El unipolarismo estratégico es un rasgo ya definido a mas de 15 años de post Guerra fría.


  2. Tras la caída del Muro, se produce la reunificación de Alemania, cuya potencia económica, espacial y demográfica potencia el proceso de unificación europea, que estaba en curso.


  3. La UE logra significativos avances en el proceso de integración hasta llegar a convertirse en una unión monetaria, iniciando la construcción de una política exterior y de seguridad común, cuyo desarrollo entra a competir por la hegemonía política y económica de EE.UU. en el mundo.


  4. En el área asiática Japón fue el primer país que arribó a la condición de país desarrollado y gran potencia económica, proceso que se inició en los años 70. Sin embargo esta nación carece de una presencia política y sobre todo militar acorde con su potencial.


  5. China, que crece a ritmos aproximados al 10% desde hace mas de una década, de mantener esta proyección, podría alcanzar a mediano plazo, una combinación de poderío económico y militar que la eleve a superpotencia.


  6. Rusia por su parte, pese a las vicisitudes que le ha implicado el proceso de transición, conserva un poderío estratégico de consideración.


  7. Por su parte, nuevos países buscan incidir de una manera mas sustancial en los temas de la agenda global, es el caso de India y Brasil. Ambos países se concertan crecientemente con Alemania y Japón en pro de una modificación al actual Consejo de Seguridad de la ONU.
Un dato no menor de este proceso de readecuación , es que ha sido pródigo en conflictos.

El fin de la Guerra Fría, si bien desactivó las tensiones vinculadas al esquema de la geopolítica bipolar, incrementó a cambio el nivel de conflictos. Las guerras de los Balcanes, el Golfo Pérsico, el Centro de Africa, Kosovo, la inestabilidad en la frontera sur de la ex Unión Soviética, la invasión a Afganistán e Irak, son ejemplos de este incremento de la conflictividad que caracteriza al mundo en las últimos años. Muchas cosas se pueden decir de los años posteriores al muro de Berlín, pero no se puede decir que hayan sido pacíficos.

El rol del mecanismo de seguridad global ha sido puesto a prueba y en un par de actividades su labor ha sido superada por el unilateralismo: Kosovo e Irak. El debate sobre la reorganización del consejo de Seguridad de las Naciones Unidas es uno de los temas que deberá abordar la comunidad mundial en los próximos años.

Un dato no menor que los latinoamericanos debemos de advertir es que este proceso de incremento de la conflictividad a escala global, tiene la sola excepción de América Latina. Somos el continente mas pacífico del planeta cualquiera sea el indicador que tomemos. Y esta es una condición que debemos de advertir y cuidar, sobre todo asumir que no es gratuita ni azarosa.


B. La Revolución Científico Técnica

En la década pasada se intensificó un proceso que venía desde antes del fin de la Guerra Fría. Estamos en presencia de una sustancial revolución científico técnica, la cual se expresa en un conjunto de innovaciones que impactan en el desarrollo productivo a nivel mundial.

La planetarización del mercado (facilitada por el colapso de las economías centralmente planificadas) ha dado paso a un incremento del comercio mundial y pone a prueba las estrategias de desarrollo de la mayoría de los países del planeta, así como las modalidades de su inserción en la economía internacional.

La revolución científico técnica fue uno de los espacios relevantes en los que se desarrolló la confrontación entre los dos bloques en el período de la Guerra Fría, y fue precisamente una de las causas que precipitaron la victoria del bloque occidental, que logró un mayor dinamismo en el campo militar y económico.

Este proceso está provocando una relativa estandarización de hábitos y costumbres, incluidos los de consumo que conducen a un fenómeno de "globalización" que ha sido ampliamente analizado. Sin embargo en algunas regiones este proceso encuentra fuertes resistencias políticas y culturales. Tal como se ha señalado en múltiples estudios, el proceso de "globalización" es asimétrico y en algunas regiones ha acentuado las diferencias preexistentes.


II. EL IMPACTO EN AMERICA LATINA

El fin de la Guerra Fría cambió la situación a nivel mundial incrementando los grados de interdependencia internacional. En América Latina, durante los primeros años post Muro, tuvieron lugar tres procesos estrechamente vinculados:

El proceso de democratización.

A partir de 1990 todos los países de la región recuperaron o mantuvieron sistemas políticos democráticos. En concreto, sus gobernantes fueron elegidos por los gobernados. Comparado con la situación imperante a mediados de los años setenta, cuando la mayoría de los gobiernos de la región eran resultado de diversos golpes de estado o la sobrevivencia de formas oligárquicas de gobierno, el nuevo cuadro es ampliamente promisorio.

Sin embargo, es preciso advertir que los resultados de este proceso son heterogéneos. La democracia mantiene la adhesión de la mayoría de la población pero en varias regiones, no satisface las expectativas de la población. Muchos países presentan crisis de representatividad, deterioro del sistema de partidos y resquebrajamiento de la institucionalidad en general dando paso a crisis de gobernabilidad que aumentan la incertidumbre sobre el futuro. Este proceso afecta en especial a algunas instituciones (particularmente a los partidos políticos y al Congreso). Todo ello ha alentado en algunos países la emergencia de fórmulas carismáticas que rondan el populismo. De este modo, si bien la región vive una era democrática, también es observable un temprano "desencanto democrático" en sectores importantes de las sociedades latinoamericanas.

La reinserción económica internacional.

Con ritmos desiguales los países latinoamericanos iniciaron en los últimos años del siglo pasado, procesos de liberalización y apertura a la economía internacional. Se aceleró el fin del modelo de sustitución de importaciones y se incrementó la transnacionalización de los mercados, con el consiguiente acotamiento de la soberanía del Estado y lo que algunos autores llaman planetarización de la sociedad civil.

En la practica, este proceso provocó una profunda transformación de las estructuras productivas de la mayoría de los países de la región. Al mismo tiempo, se dio paso a una nueva fase del proceso de integración regional. A diferencia de la integración de los años sesenta (basada en una proyección del proceso de sustitución de importaciones), en esta oportunidad se trata de una asociación orientada a enfrentar asociados el proceso de globalización.

Uno de los aspectos mas significativos en este nuevo periodo es el incremento del comercio y asociado a ello, la proliferación de acuerdos bilaterales de libre comercio y en algunos casos, de alcance subregional. Otro elemento a destacar es la apertura y el incentivo a la inversión externa.

El proceso de pacificación.

En la década de los noventa del siglo pasado, se articularon varios procesos que contribuyeron a pacificar sustantivamente a la región latinoamericana.

Al respecto, lo mas importante fue el fin de la crisis centroamericana. Los esfuerzos del Grupo Contadora y los acuerdos de Esquipulas crearon el contexto propicio en el cual se gestaron los diversos procesos de diálogo y negociación que abrieron paso a la pacificación y la democratización.

La guerra centroamericana fue uno de los conflictos mas cruentos de todo el siglo XX latinoamericano, superado solo por la vastedad de la revolución mexicana en 1910. Asimismo, se transformó en uno de los puntos mas candentes de la agenda de seguridad global y pese a sus innegables raíces internas, se desarrolló en medio del contexto ideológico de la Guerra Fría. Concitó la atención de las principales potencias y constituyó uno de los puntos mas importantes (y divergente) de la agenda entre EEUU y América Latina.

Asimismo, en la década de los noventa se suscitó un nuevo y grave enfrentamiento entre Ecuador y Perú, que logró localizarse en la zona fronteriza de ambos países. La denominada Guerra del Cenepa, logró ser controlada y posteriormente encontrar un cauce diplomático a través de la mediación de EEUU, Brasil, Argentina y Chile.

Asimismo, en el ámbito de las relaciones interestatales diversos países alcanzaron importantes acuerdos. En el Atlántico Sur, Brasil y Argentina sellaron un entendimiento profundo, cimentado en una proyección común sustentada en MERCOSUR. Finalizó así la competencia por la hegemonía en el Atlántico Sur que caracterizó por décadas el mapa geopolítico de la región. Por su parte, Chile y Argentina resolvieron todos los problemas limítrofes que tenían y consolidaron una sólida relación de cooperación y confianza mutua.

Las medidas de Confianza Mutua se generalizaron a lo largo de todo el continente en la década de los noventa, también se generalizaron y profundizaron diversos acuerdos sub regionales en materia de seguridad y defensa. Destaquemos al respecto la construcción de la visión de Seguridad Democrática de Centro América y los diversos acuerdos de MERCOSUR en relación a seguridad regional.

La confluencia de todos estos procesos han dado como resultado que América Latina sea la región del mundo que, a diferencia de otros continentes, muestra un mayor nivel de pacificación en el periodo post Guerra Fría. No implica que se han resuelto todos los conflictos, pero si la gran mayoría. El resultado global ha contribuido a la extensión de la democracia y sentado bases institucionales que crean condiciones para asumir las necesarias tareas del desarrollo. Por su parte, el cambio estratégico también repercutió en la relación entre EEUU y los países latinoamericanos.

Durante el período de la Guerra Fría el énfasis de la política de EE.UU. hacia América Latina estuvo en los temas de seguridad, el temor a la emergencia de gobiernos hostiles a Washington y eventuales aliados de la URSS y el Pacto de Varsovia fue una de las ópticas dominantes para visualizar las relaciones con sus vecinos del sur. En ese contexto surgieron las concepciones acerca de la llamada "guerra interna" y las hipótesis de "defensa extra contra las amenazas extracontinentales".

La disolución de la URSS, el fin del Pacto de Varsovia, demolieron las bases de estas concepciones. Sumado a la supremacía estratégica de los EEUU se inició un proceso de revisión de las antiguas percepciones.

La preocupación principal hacia América Latina, de parte de Washington, se centró fundamentalmente en el combate al narcotráfico, tarea que comprometió los mayores recursos destinados a la región. También promovió el fomento a las medidas de confianza mutua y la incorporación más activa de los países en las misiones de paz de la ONU. En el marco de la Cumbre de las Américas de 1994, se instituyó el mecanismo de las Reuniones de Ministros de Defensa del continente, mecanismo que ha resultado particularmente adecuado para analizar los temas de la seguridad y defensa en la región, cuya próxima reunión se llevará a cabo en Nicaragua el siguiente año.

A su llegada a la Casa Blanca la administración Bush impulsó un rediseño de la Estrategia de Seguridad Nacional. Sin embargo, los sucesos del 11/9 marcaron un punto de inflexión en la política de EE.UU. en esa estrategia. El combate al terrorismo se transformó en la prioridad en el diseño de defensa, prioridad que desplazó su preocupación de otras amenazas, que en el caso latinoamericano involucraban hasta entonces de manera prioritaria al narcotráfico, la inmigración ilegal y las guerrillas sobrevivientes.

El debate sobre las Nuevas y Viejas Amenazas.

Tras el fin de la Guerra Fría se plantea la discusión sobre las nuevas y viejas amenazas a la seguridad. Como señaláramos, las hipótesis de conflicto surgidas en torno a la Guerra Fría caducaron por obvias razones.

En este contexto, el debate sobre el tema planteó la disyuntiva entre las denominadas "viejas amenazas" (donde se confunden las amenazas convencionales junto a las de guerra fría) y las denominadas "nuevas amenazas".

Una profusa elaboración ha acompañado esta discusión. En particular respecto a las denominadas "nuevas amenazas" (aludiendo en especial al terrorismo global y el narcotráfico) se enuncia que corresponden a situaciones que se caracterizan por no tener necesariamente vínculos estatales junto a su carácter transnacional.

Esta discusión incluyó el cuestionamiento a los mecanismos de seguridad vigentes en la región, en especial al Tratado Inter. Americano de Asistencia Reciproca (TIAR). De hecho, los Estados Unidos Mexicanos denunciaron ese Tratado.

Sin embargo, los sucesos del 11 de septiembre del 2001 provocaron un profundo cambio en la problemática de seguridad global. A partir de entonces, el combate al terrorismo global paso al primer plano de la agenda internacional y en especial para los EEUU.

La dura realidad: los desafíos reales a la gobernabilidad.

Paralelo a la discusión de las nuevas y viejas amenazas el examen Las sociedades latinoamericanas en general muestran tendencias a incrementar la brecha entre los más ricos y los más pobres, lo que ha ido consolidando un paisaje de marginalidad y exclusión, pese a los mayores índices de inversión, de intercambio comercial en incluso en los escasos y de crecimiento económico en los escasos.

Si examinamos el corto período que va desde el 11 de septiembre hasta nuestros días, constataremos que en América Latina se han vivido diversas crisis que han afectado sustancialmente a la seguridad tanto de los países involucrados como de la subregión que los acoge.

En efecto, en este corto período hemos asistido a varios procesos que han afectado a la seguridad de los países directamente involucrados. Nos referimos al "corralito" argentino de fines del 2001, a la crisis entre febrero y octubre del 2003 en Bolivia, y al desmorone estatal de marzo del 2004 en Haití. Si examinamos con detención cada uno de estos episodios, en su raíz encontramos problemas de carácter económico - social cuyo agravamiento termina por impactar a la esfera política de esos países amenazando inclusive las bases del pacto social. En suma, si analizamos estos hechos a la luz de la discusión teórica precedente, tendremos que concluir que ni en los callejones de Cite Soleil, ni en las barriadas del Alto La Paz ni Matanzas, están presentes células de Al Qaeda o los carteles de la droga. En pocas palabras, los principales problemas de seguridad en la región no han sido provocados ni por el terrorismo global ni por el crimen organizado en torno a la droga.

En suma, si leemos con rigurosidad los datos de la realidad, tendremos que coincidir en que los principales problemas de seguridad que ha vivido nuestra región en los últimos años no tienen que ver con las denominadas "nuevas amenazas". Esto no niega que sean reales, lo que la experiencia histórica esta indicando que los principales problemas de seguridad en la región tienen su base en una matriz económico - social que termina por afectar el nivel político, generando convulsiones sociales, inestabilidad y en algunos casos, situaciones de violencia generalizada con los consabidos impactos en la gobernabilidad.

Dos advertencias nos depara lo anterior.

Lo primero, entender que los problemas de carácter económico y social, son problemas que se resuelven con mas desarrollo, y no necesariamente con mas seguridad. La seguridad es una condición para el desarrollo pero no lo reemplaza. Lo contrario puede llevarnos a una seguritización de la agenda (colocar todos los problemas sociales como problemas de seguridad y encargar su solución a agencias estatales que administran diversas formas de la fuerza).

Lo segundo es no menor. Si el terrorismo global es (comprensiblemente) la principal amenaza para la seguridad de los EEUU, no lo es para la mayoría de los países de la región (lo que no niega que sea amenaza y que no se deba colaborar en su prevención). Asimismo, si la ingobernabilidad se perfila como una de las principales vulnerabilidades en varios países de nuestra región, ello no constituye una prioridad para los EEUU. No se trata de una diferencia insalvable ni mucho menos, pero para poder enfrentarla hay que asumirla.


III. LAS DIFERENCIAS SUBREGIONALES Y LOS DIFERENTES PARADIGMAS

La heterogeneidad de América Latina se expresa también en lo referente a la Seguridad y Defensa. En nuestra opinión estas diferencias se concentran en tres niveles.

En primer lugar existen diferentes prioridades en las problemáticas de seguridad entre las sub regiones del continente. En segundo término encontramos diferencias respecto a las agencias del Estado que deben ocuparse de los problemas de seguridad. Finalmente todo ello se explica por diferencias entre concepciones "amplias" de seguridad y otras versiones mas clásicas.

En efecto, un rasgo que destaca en el ámbito de la seguridad regional es la heterogeneidad, lo cual se acentúa en el mundo post guerra fría. Las amenazas a la seguridad impactan de manera distinta a cada país y motivan diferentes formas de enfrentarlas. Las particularidades nacionales, así como los intereses histórico estratégicos determinan estas tendencias.

Por cierto, estas diferencias sub regionales se suman a una mayor: la que se establece entre EEU y Canadá y los restantes países de la región. Se trata de dos potencias, que forman parte de la OTAN y cuyos intereses de seguridad obviamente son de carácter global.

En cambio en el resto de la región (América Latina y el Caribe), a grandes rasgos podemos identificar tres grandes situaciones sub regionales
  1. Para la mayoría de los países de la Cuenca del Caribe, los problemas de seguridad se concentran en el narcotráfico, las migraciones ilegales y muy especialmente en las catástrofes climáticas.


  2. En la región andina encontramos una articulación entre narcotráfico, violencia política, paramilitares y grupos armados en general.


  3. En el Cono Sur, el énfasis de seguridad va acompañado junto a la armonización entre defensa e integración, construcción de confianza mutua y cooperación.
Si las problemáticas de seguridad son diversas en la región, también existen diferencias respecto a su tratamiento. Particularmente referido a las agencias del Estado que deben preocuparse de estos problemas.

Para un grupo de países el combate al crimen organizado, el narcotráfico y el terrorismo corresponde exclusivamente al ámbito de acción de las instituciones policiales y de coordinación de inteligencia. En otros países, estas amenazas concitan el accionar conjunto de los órganos del Sector Defensa, policiales y otras instituciones del Estado que se vinculan con la Seguridad y la Defensa Nacional.

Las diferencias también se manifiestan en materia conceptual.

Al respecto, en los últimos años hemos asistido a un proceso de ampliación del concepto de seguridad en el debate latinoamericano.

En algunas versiones, el concepto se extiende a la mayoría de los problemas sociales. De esta forma, problemas de salud publica (sida, epidemias varias), o sociales (pobreza, distribución del ingreso), entre otros, son definidos como "amenazas a la seguridad", ampliando el concepto y convocando para ello a las fuerzas de orden y defensa en su combate.

Otras versiones, concentran los problemas de la seguridad en aquellos cuyo tratamiento requiere del uso de la fuerza del estado en cualquiera de sus formas.

Uno de las vías explicatorios de este debate son las diferentes formas de entender lo que es una amenaza. Estrictamente, en el ámbito de la Defensa, se entiende por amenaza aquella situación latente o manifiesta en la cual un Estado percibe una actitud hostil destinada a quebrantar en algún grado su voluntad. Podemos decir lo mismo del Sida? O de las diferencias de género?

Sin lugar a dudas que el sida, o las diversas formas de discriminación son graves problemas, pero escapan al ámbito de la seguridad y con mucho mas razón al ámbito de la Defensa. Obviamente, cualquier problema social no resuelto, evoluciona hasta convertirse en una vulnerabilidad que puede amenazar el Pacto Social, mas, eso es un tema mas político que militar, mas de desarrollo que de seguridad.

No obstante estas diferencias, Latinoamérica en general ha ido incrementando el diálogo político y avanzado sustantivamente en el impulso de políticas de cooperación entre el Estado y la sociedad; entre civiles y militares. Las medidas de promoción de la confianza mutua ya constituyen un común denominador en las agendas de nuestros ministerios de Defensa. Junto a ello es significativa la red de acuerdos para evitar el uso de la fuerza en las relaciones internacionales, asegurar la prohibición de armas de destrucción masiva, junto a la regulación de la utilización y tráfico de armas pequeñas y ligeras.


IV. LA COOPERACIÓN ESTADO SOCIEDAD EN MATERIA DE DEFENSA Y SEGURIDAD.

La historia nos muestra que la cooperación Estado - Sociedad Civil sólo puede ser efectiva allí donde la sociedad está organizada, donde existe tejido social. Así como el Estado eficiente requiere de instituciones sólidas, la sociedad civil requiere articular sus demandas y hacerlas visibles a través de la organización.

Si no existe sociedad organizada nos enfrentamos a situaciones como la que hoy se vive en Haití, donde a la crisis institucional y de representatividad política se suma la debilidad de una red social. Esto, junto a otros factores, limita el despliegue de la cooperación internacional y dificulta el proceso de reconstrucción institucional.

Centroamérica es el caso inverso. El fin de la guerra y el avance del proceso de democratización estimuló el desarrollo de la red social.

En materia de Seguridad y Defensa la cooperación Estado - Sociedad civil se basa en el interés común en el pleno ejercicio de los derechos. El derecho a vivir en un espacio seguro está estrechamente vinculado a ejercicio de la libertad individual. Sin embargo esa meta sólo es alcanzable colectivamente, a través de políticas públicas. El Estado es el principal responsable de proveer el bien público de seguridad, y obviamente, el de defensa. Este bien público es uno de los constitutivos del Pacto Social y su inexistencia o deterioro pone en cuestión la propia supervivencia de la Nación. Dicho en terminologías contemporáneas, se trata de bienes que no se pueden "privatizar".

Para ser cumplidas por la ciudadanía, en materia de Defensa y de Seguridad se deben cumplir todos los requisitos que tienen las políticas públicas en un Estado moderno, principalmente la transparencia.

Si bien los bienes de la Seguridad y Defensa son intangibles y tienen necesidades de inversión distintas a las requeridas en otras áreas, son igualmente financiadas por recursos fiscales y están incorporadas en el Presupuesto nacional, que distribuye los recursos de acuerdo a las prioridades que la sociedad legítimamente se ha fijado. En este contexto los gastos en materia de Seguridad y Defensa se vinculan también a la decisión del Parlamento, que constituye la representación política de la sociedad.

Pero la cooperación Estado - Sociedad Civil en el ámbito de la Defensa se expresa también en un conjunto de tareas vinculadas al desarrollo del país.
  1. En el ámbito de las políticas territoriales, podemos mencionar aquellas relacionadas con el desarrollo de zonas fronterizas y aisladas; las relacionadas con el borde costero y los intereses marítimos en general.


  2. Otro conjunto de tareas vinculadas con el desarrollo, en la convergen los esfuerzos civiles y militares son la protección del medio ambiente, junto con la promoción de la ciencia y la tecnología en general.


  3. La cooperación civil militar para hacer frente a los desastres naturales es un área de creciente perfeccionamiento e interés en la región y una experiencia que, más allá de sus dimensiones técnicas, resulta un acto de solidaridad y humanismo de gran valor formativo.
En el ámbito mas específico de la Defensa también encontramos varios campos de colaboración entre la sociedad y el Estado como las siguientes:
  1. Elaboración Libros Blancos, que expresan consensos y visiones de largo plazo de una sociedad en estos. Tratándose de una explicitación de la política de defensa, implica necesariamente el concurso de los mas vastos sectores de la sociedad organizada.


  2. El proceso de homologación de la medición de los gastos en Defensa, que con apoyo de la CEPAL que viene desarrollándose en la región desde fines de los años 90 y que hoy forma parte de la agenda continental de medidas de confianza mutua.


  3. La incorporación de los civiles al estudio de los temas de Defensa y Seguridad, y el reclutamiento de mujeres para la carrera militar, son otros dos lineamientos que dan contenido a un proceso de modernización y cooperación entre Estado y Sociedad en el ámbito de la Defensa.

CONCLUSIONES

El nuevo escenario que crea el fin de la Guerra Fría, ha modificado el escenario de seguridad global. Los sucesos del 11 de septiembre marcaron un punto de inflexión de este proceso.

Este contexto, obviamente involucra a América Latina, región que ha experimentado fuertes procesos de mudanza en estos últimos años.

Mas allá de la discusión teórica, las principales crisis de seguridad que ha vivido la región con posterioridad a los atentados de Nueva York y Washington, tienen que ver con graves problemas de gobernabilidad al interior de las sociedades latinoamericanas.

En este proceso, se ha abierto una amplia discusión que intenta dar cuenta de los nuevos procesos, así como expresar la diversidad regional en materia de seguridad.

El fortalecimiento de la democracia, la preservación de la paz y la contribución a la construcción de un orden mundial regulado, necesita de la cooperación entre Estado y Sociedad en materia de seguridad y defensa.


Fuente:
Ponencia presentada en el Foro Regional "Gobernabilidad democrática y seguridad democrática en Centroamérica: estrategias de colaboración Estado-sociedad civil", Managua, Nicaragua, del 1 al 4 de febrero de 2005.