VI CONFERENCIA DE MINISTROS DE DEFENSA DE LAS AMÉRICAS
Quito, Ecuador
del 16 al 21 de noviembre de 2004
Bahamas
Sr. Ministro de Defensa,
Colegas Ministros,
Damas y Caballeros:
Primero que nada, déjenme decir cuán contento estoy de estar aquí en Ecuador y particularmente en esta hermosa e histórica ciudad de Quito, en lo alto de los magníficos Andes. A nombre de la delegación de Bahamas, quiero agradecerle, Sr. Ministro, a su equipo y en general al pueblo de Ecuador por la cariñosa y cortés hospitalidad que nos han extendido y los maravillosos arreglos que han preparado para que nuestra estadía sea tanto confortable como conducente para los serios asuntos que trataremos. También quiero agradecer a mi colega, el Ministro d e Defensa de Canadá, por su considerada generosidad en poner a nuestra disposición un avión de las Fuerzas Armadas Canadienses para el vuelo desde Miami a Guayaquil. En verdad apreciamos su bondadoso gesto.
Sr. Ministro:
A pesar de los grandes, pero hermosos, contrastes de nuestro hemisferio en tamaño, topografía, riqueza y etnicidad nosotros los pueblos de las Americas tenemos como base común nuestro espíritu indomable de libertad.
Por esta razón, nos reunimos cada dos años en este foro de Ministros de Defensa de las Americas, para compartir nuestras preocupaciones y experiencias comunes y para planificar estrategias diseñadas para proteger nuestra libertad y modo de vida que atesoramos tanto. Nos reunimos por nuestro mutuo respeto y preocupación, comprometidos con el principio de responsabilidades compartidas y con una profunda resolución para mantener este hemisferio, y los millones de nuestros ciudadanos que lo llaman hogar, seguro y libre de peligro.
Sr. Ministro:
El mundo ha cambiado significativamente desde que este proceso comenzó por primera vez en Williamsburg en 1996. En ese momento, uno de los principales temas de discusión fue el "dividendo de la paz", las ganancias que nuestros países esperaban recibir a medida que los gastos militares de la Guerra Fría iban a ceder a un incremento del gasto en programas de desarrollo que ayudarían a luchar contra los problemas más difíciles del mundo: la pobreza, el analfabetismo, la malnutrición y las enfermedades. Lamentablemente esto no ha ocurrido.
En los tres años desde los ataques terroristas del 11 de septiembre a los Estados Unidos de América, la seguridad ha tomado un primer plano. Hoy en día, nuestra nueva realidad requiere que, en nuestros respectivos países y en asociación entre nosotros, tomemos todos los pasos necesarios para mejorar nuestro régimen de seguridad para permitirnos abordar de manera efectiva la amenaza del terrorismo en todos sus aspectos.
Estimados Colegas:
Nosotros en Bahamas asumimos seriamente esta responsabilidad. Se han realizado esfuerzos considerables, con importantes costos, para mejorar nuestra seguridad fronteriza. Estamos ahora en cumplimiento del Código de Transporte Internacional y Seguridad Portuaria. Nuestros principales aeropuertos están experimentando una masiva transformación de seguridad, para asegurar que cumplan con estándares internacionales aceptables. Se han establecido mecanismos para mejorar la comunicación de información e inteligencia entre nuestras organismos de seguridad y también con socios bilaterales, regionales e internacionales. Seguimos adquiriendo equipos antiterrorismo de punta y capacitando y exponiendo a nuestro personal de seguridad a las "mejores prácticas" aceptadas internacionalmente. Un componente esencial d e nuestra estrategia antiterrorista es la participación d e la sociedad civil y el sector privado. El sensibilizar a nuestros ciudadanos respecto a la amenaza del terrorismo continúa siendo un desafío vigente, ya que este modo de pensar va contra el carácter de un pueblo que históricamente se ha enorgullecido por su apertura y por crear un ambiente hospitalario páralos millones de turistas que anualmente visitan nuestras costas.
Pero, si bien es importante que pongamos énfasis en estos foros y en otras instancias en las amenazas militares, las armas de destrucción masiva y el alcance global del terrorismo, los pequeños estados isleños como Bahamas, por nuestra propia naturaleza y carácter, presentamos retos de seguridad únicos en la región. En efecto, somos particularmente vulnerables y susceptibles a riesgos y amenazas de seguridad.
Es por esto Coleas que todavía creemos que el mejor enfoque párala seguridad hemisférica es un enfoque multidimensional, como se indica en la Declaración de Bridgetown (junio de 2002). Este enfoque reconoce que las amenazas y retos de seguridad hemisféricos son de naturaleza diversa y que los modelos de seguridad tradicionales deben ser reconfigurados para abarcar nuevas amenazas no tradicionales, que incluyen aspectos económicos, de salud, sociales y ambientales.
Estas amenazas de seguridad no tradicionales tienen el potencial de desestabilizar pequeños estados isleños, amenazando la verdadera estructura de nuestras instituciones democráticas y debilitando la capacidad y resolución de nuestros territorios de combatir el terrorismo y otras amenazas globales de seguridad. Las prácticas comerciales injustas, el SIDA y el precio alto y prohibitivo d e las medicinas, el impacto del calentamiento global y el cambio climático e n el desarrollo e intensidad de los huracanes Y nuestros frágiles ecosistemas pueden contribuir a la ansiedad e inseguridad general de nuestros ciudadanos.
Adicionalmente, el narcotráfico, el tráfico de armas, el tráfico de migrantes y la caza ilegal continúan siendo amenazas transfronterizas serias para mi país. Respecto a las drogas, en junio de este año adoptamos un Plan Nacional Antidrogas de cinco años, que integra nuestras actividades del sector de control de las drogas y asigna recursos para el fortalecimiento de instituciones y de su capacidad. Además, las autoridades de Bahamas han tenido éxito en los últimos años en desmantelar grandes organizaciones de narcotráfico y en poner en la cárcel a grandes traficantes. Sin embargo, a pesar de todos nuestros esfuerzos a nivel local y con nuestros socios bilaterales y regionales, estas actividades continúan presentando un formidable desafío para nuestras autoridades. Lo mismo se puede decir sobre el tráfico de personas. Este vejatorio asunto nos presenta serios retos sociales, económicos y culturales. El problema de los migrantes en nuestra región requiere de atención urgente para asegurar que se establezcan soluciones de largo plazo.
Pero, Colegas, es el uso cada vez mayor de armas de fuego en la comisión de delitos que representa la tendencia más perturbadora en mi país. Esto es particularmente preocupante, dada las estrictas leyes sobre armas de mi país y el hecho de que nosotros no manufacturamos, producimos ni vendemos armas. Lo que es más perturbador es que hace algún tiempo nuestras autoridades policiales descubrieron que armas de alto calibre, del tipo de asalto, habían sido usadas en la comisión de un delito. Esto confirma nuestra información de inteligencia de que los traficantes están movilizando este peligroso y destructivo tipo de armas a nuestro país.
La delincuencia y la violencia son las principales amenazas a la estabilidad de nuestros pequeños países. A pesar de que las estadísticas totales de delincuencia muestran una reducción de la actividad criminal, incidentes de delitos violentos, particularmente delitos que involucran armas de fuego y revólveres, atemorizan a nuestra gente y amenazan la base misma de nuestra economía nuestra industria del turismo. Colegas, quiero hacer un llamado urgente a todos nosotros para hacerlo que sea necesario para poner bajo control el movimiento ilícito de armas de fuego.
Finalmente, Sr. Ministro, Colegas, Damas y Caballeros:
La fortaleza y promesa de nuestro hemisferio siempre ha sido nuestra habilidad y nuestra disposición para mantener discusiones francas y abiertas en asuntos de interés común. Nuevamente nos reunimos aquí e n este foro histórico para abordar un complejo conjunto de problemas relacionados con la defensa y la seguridad de nuestra región. Les debemos a nuestros ciudadanos el hacerlo necesario para protegerles y mantenerles seguros. Debemos hacer nuestra parte para que personas empeñadas en causar daño no logren sus objetivos egoístas. Sin embargo, debemos recordar que sólo somos tan fuertes como nuestro eslabón más débil. En este sentido, deseo reiterar nuestro compromiso expresado en las Declaraciones de Bridgetown (2002) y Kingstown (2003), que las preocupaciones especiales de seguridad de los estados isleños pequeños son una prioridad del hemisferio que requiere nuestra atención renovada y continua y que se debe adoptar e implementar el enfoque multidimensional, que reconoce estas peculiares circunstancias.
Gracias.