VI CONFERENCIA DE MINISTROS DE DEFENSA DE LAS AMÉRICAS
Quito, Ecuador
del 16 al 21 de noviembre de 2004
Chile. Intervención Ministro de Defensa Nacional Jaime Ravinet de la Fuente
Vocativos:
Hace dos años Chile tuvo el honor de acoger a los Ministros de Defensa del continente. Desde entonces la seguridad internacional global ha evolucionado de manera compleja, marcada por la lucha contra las redes de terrorismo globalizadas que han continuado perpetrando atentados en varios continentes, y por la amenazante posibilidad de que puedan realizar ataques con armamentos de destrucción masiva. En esta lucha los pueblos y gobiernos de la región hemos actuado decidida y solidariamente, con una clara voluntad de incrementar la cooperación internacional. Durante este periodo Chile ha sido miembro No Permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, y está participando activamente en los esfuerzos de la comunidad internacional contra el terrorismo.
La seguridad de la región no es ajena a las tendencias globales, pero también presenta particularidades. El terrorismo y el narcotráfico son amenazas que se representan bajo diferentes intensidades, y ante ambos fenómenos se ha profundizado la cooperación, mientras desde una perspectiva estratégica convencional, las relaciones entre los estados se han mantenido estables. Los problemas más apremiantes, sin embargo, no se relacionan con la seguridad, sino con las dificultades que enfrentan muchas democracias para consolidarse, o incluso para sobrevivir, así como con el hambre y la pobreza. Consolidación democrática y subdesarrollo, continúan siendo los principales desafíos de nuestra región.
Luego de varios años de debates, hemos culminado también un gran ejercicio de discusión Y renovación continental sobre los asuntos de seguridad, solo comparable al experimentado luego de la Segunda Guerra Mundial. El que una cantidad tan importante de países como los del continente alcance acuerdos sobre problemas tan complejos como los de seguridad, es un éxito en si mismo y un logro para la humanidad. De este modo, y a pesar de que persisten severos problemas de seguridad, nuestra región se ha consolidado como una de las pocas zonas del planeta que son parte de la solución y no parte del problema de seguridad internacional. En este proceso, cuyos hitos mas recientes fueron las conferencias de Santiago y de México, destacamos varios logros.
Primero, en esta etapa se alcanzaron consensos entorno a conceptos básicos que, salvaguardando las legitimas diferencias, nos permiten utilizar una caracterización y lenguaje común y con esto u n significado compartido frente a los cambios operados en la realidad internacional en asuntos de seguridad.
Segundo, se consolidaron e incluso profundizaron las políticas de cooperación, tanto en lo relacionado con problemas tradicionales d e seguridad inter estatal, como en lo orientado a encarar nuevas amenazas, especialmente cooperación antiterrorista y antinarcotráfico. Hacia adelante desde luego debemos intensificar la cooperación y consolidando la estabilidad estratégica alcanzada. En esa tarea es esencial el desarrollo de la transparencia de las políticas, a través de libros blancos de defensa y del desarrollo de metodologías que permitan comparar. el gasto, y de lo militar, a través de medidas de fomento de la confianza y de la seguridad, o de cualquier otra iniciativa que permita lograr el objetivo mencionado. Chile se compromete desde ya a continuar trabajando en esa perspectiva. El año 2003 publicamos nuestro segundo Libro de la Defensa Nacional, y hemos avanzado sistemáticamente en el desarrollo de la metodología estandarizada para medir el gasto de defensa con Perú, apoyados por la Comisión Económica Para América Latina (CEPAL),tal como lo hicimos con Argentina en 1999. En lo militar, hemos incrementado en cantidad y calidad los ejercicios combinados con Argentina y Perú, al tiempo que hemos iniciado el desminado humanitario de las zonas fronterizas con Perú y este año lo haremos en la zona fronteriza con Bolivia y Argentina. En lo relacionado con las nuevas amenazas también debemos avanzar con el mismo espíritu. Aunque en este ámbito Chile privilegia hacerlo en el marco de la Organización d e Estados Americanos, como la Comisión Interamericana para el Control del Abuso d e Drogas (CICAD), o el Comité Interamericano Contra el Terrorismo (CICTE),también se encuentra abierto a explorar algunas modalidades de cooperación militar, como ha sido la recientemente desarrollada cooperación naval para la protección del Canal de Panamá.
Tercero, también avanzamos en lo institucional. La región reconoció y valoró que desde el fin de la Guerra Fría el sistema de seguridad hemisférico evolucionó desde una institucionalidad exclusivamente colectiva, hacia una arquitectura flexible, construida por una red de regímenes colectivos y cooperativos. Esperamos que en esta oportunidad podamos dar nuevos pasos en esta dirección, e iniciemos un intercambio sin pausa, pero sin prisa, sobre algunas instituciones militares del Sistema Interamericano, tema largamente postergado y relacionado directamente con los ministerios de defensa.
Sin embargo, uno los avances más significativos se han producido con posterioridad a las dos conferencias, al realizarse por primera vez en nuestra historia una operación de paz de gran envergadura, como es la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas (MINUSTAH) con la participación de un conjunto importante de países latinoamericanos. En los hechos esto abre el camino hacia etapas cualitativamente superiores de asociación política.
No deseo abundar aquí en las razones que Chile ha tenido presente para involucrarse en esta empresa de solidaridad. Baste señalar nuestro compromiso con el pueblo haitiano; nuestra vocación regionalista; y nuestra decidida voluntad de desarrollar políticas y esfuerzos concretos desde la región para fortalecer la capacidad de las Naciones Unidas, como el único foro dotado de legitimidad internacional para actuar globalmente en materias de seguridad.
Desde esa perspectiva, estamos satisfechos porque hemos ampliado sustantivamente el espectro de nuestras políticas de cooperación. Pero al mismo tiempo debo ser franco para reiterar lo planteado por el Grupo de Río en su última reunión, cuestión que se puede resumir en dos puntos centrales. Por un lado es necesario fortalecer a MINUSTAH, tanto desde las Naciones Unidad como desde América del Norte y Europa en su aporte ala reconstrucción y progreso del pueblo haitiano. Se necesita del financiamiento y la operatividad en proyectos concretos que mitiguen las difíciles condiciones sanitarias y de pobreza de su población. Es imperioso incrementar rápidamente la eficiencia y legitimidad de MINUSTAH antela población haitiana. Y por el otro, debemos persistir en la necesidad de que el proceso político haitiano, se desarrolle de manera inclusiva, puesto que de otra manera será muy difícil construirlas bases políticas que permitan estabilizarla situación.
Deseo culminar mis palabras agradeciendo muy sinceramente al Ministro de Defensa del Ecuador, Don Nelson Herrera, por la hospitalidad y calidez de la acogida que hemos tenido e n este país, y felicitarlo por la excelente y eficiente organización d e este encuentro que, al finalizar, nos habrá permitido avanzar una vez más hacia una América más segura.
Muchas gracias.