VI CONFERENCIA DE MINISTROS DE DEFENSA DE LAS AMÉRICAS
Quito, Ecuador
del 16 al 21 de noviembre de 2004
Presentación a cargo de la Honorable Ministra de Interiores, Sa. Gail Teixeira
Excelentísimos Señores:
Es para mi un inmenso privilegio y un honor especial, como Ministra de Asuntos Interiores responsable del Derecho Interno y del orden publico, encabezar la delegación de Guyana que una vez mas asiste a una Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas.
Mi presencia aquí constituye testimonio de la ruptura de Guyana con los viejos paradigmas que definían la defensa.
Pero primero, solicito comedidamente al señor Presidente que haga eco del sentir expresado por quienes me han precedido en el uso de la palabra, registrando la actitud de la delegación Guyana al gobierno del Ecuador por toda la preparación que ha invertido al presidir esta Conferencia.
Nos ha impresionado el nivel de hospitalidad de nuestro anfitrión.
Señor Presidente, la definición de defensa está hoy en día condicionada por la naturaleza cambiante de la amenaza una de tal suerte que está a punto de consumirnos a todos sino nos unimos más allá de la mera asistencia a conferencias en la búsqueda de soluciones a estas amenazas emergentes, que son multidimensionales. Guyana detenta la postura de que ningún país en el hemisferio está seguro a menos que los demás estén protegidos contra el azote de la plaga.
Esta Conferencia llega en una coyuntura crítica en el desarrollo del hemisferio. resulta que el país más rico del mundo comparte el mismo hemisferio que el mas pobre del mundo. Entre estados miembros, las diferencias entre los que tienen y "los que no tienen" se ahondan cada vez más en la medida en que la distribución inequitativa de la riqueza continua pronunciándose cada ano en relación a anos precedentes. Esta es la condición que vuelve vulnerables a las comunidades, sociedades, estados nación y al hemisferio ante la amenaza emergente. Guyana siente por lo tanto, que la lucha en pro de la reducción de la pobreza debe serla prioridad número uno en cualquier arquitectura de seguridad hemisférica. Resaltamos los avances déla ciencia y la tecnología como fuentes de esperanza en este sentido; y, sin embargo, creemos firmemente también que nada será posible sin intervenciones constantes y radicales.
Guyana es una democracia emergente, joven. Como otras en la región, se ve confrontada con esta amenaza que se manifiesta en un incremento acentuado déla violencia una sofisticación de su expresión dentro délos estados. Es imperiosa la necesidad de que los gobiernos busquen soluciones multilaterales para reducir futuras erupciones de violencia, y encontrar soluciones pacíficas. Para Guyana, puedo afirmar con satisfacción que estas iniciativas, tanto a nivel multilateral como bilateral, han resultado beneficiosas para las partes protagonistas. Sin desmerecer los éxitos, aún existe margen para la mejora.
Otra área que ocupa nuestra atención al confrontar la amenaza, es la relación entre autoridad civil y agentes de seguridad. En este sentido, Guyana está convencida de que dados los imperativos de seguridad a nivel global, regional, nacional y comunitario, la asociación entre los actores políticos y las fuerzas de seguridad no constituye una útil deducción sino un requisito básico de la defensa.
Esto, a su vez, obliga a los gobiernos a interactuar más y más con sus países vecinos; y, a los países del norte, a compartir inteligencia, acceso a la tecnología y entrenamiento que permita a los gobiernos, de una manera más adecuada, combatir a quienes desde dentro se ocupan en la ingrata tarea de menoscabar nuestras sociedades a través del crimen, el narcotráfico, la violencia y la desestabilización.
Como gobiernos de países en vías de desarrollo, nos vemos confrontados con dos opciones: la primera proporcionar agua, salud, educación, carreteras, vivienda, etc. A fin de facilitar el desarrollo y, en el proceso, reducir nuestras vulnerabilidades a estas amenazas. La otra opción es redirigir estas inversiones hechas en el desarrollo humano sostenible hacia gastos en hacer cumplir la ley, en defensa, en el control de fronteras, en vigilancia, etc. ¡Qué dilema el de la seguridad! La primera opción constituye una defensa indirecta contra la amenaza mientras que la segunda es más directa en su intento de combatir el mismo problema ambas son igual de importantes, ambas demandan recursos financieros del tesoro nacional. En otras palabras, las matemáticas del desarrollo requieren u n componente integral de inversión en la seguridad, que es también una inversión en la mejora d e las condiciones de nuestras poblaciones, especialmente de aquellas más vulnerables, mujeres, niños y la juventud aquejada por el desemple.
No necesito repetir las consecuencias de desatender cualquiera de las dos opciones. Pediré, sin embargo, que recuerden los peligros del narcotráfico y su forma de penetrar y distorsionar nuestras economías, el menoscabo del tejido de nuestras sociedades y su capacidad de corromper varias capas sociales y, de manera oportunista, relacionarse con agendas políticas violentas.
Es esta la mayor fuente de desestabilización del futuro de nuestros países. Es este el "Goliat del siglo XXI " en este hemisferio y nosotros, a diferencia del David bíblico, ¡no podemos derribara este gigante!
Por tanto, pediré a ustedes que recuerden que, como estado miembro de este hemisferio, estamos débilmente equipados y preparados. Por ello, necesitamos dirigir nuestra mirada hacia acciones que intensifiquen la preparación y capacidad de nuestros países para confrontar esta amenaza.
Dado este trasfondo, y Guyana así concluye, la nueva arquitectura de la seguridad hemisférica requiere un grado mayor de inversión por parte de los estados miembros desarrollados e n asistir a los miembros en vías de desarrollo para resistir la amenaza.