VI CONFERENCIA DE MINISTROS DE DEFENSA DE LAS AMÉRICAS

Quito, Ecuador
del 16 al 21 de noviembre de 2004


Jamaica. Discurso del Hon. Peter D. Phillips, Ministro de Seguridad Nacional

Saludos Señor Presidente/Presidente de la Conferencia

Es un honor especial Y un placer poder dirigirme a usted y a los distinguidos delegados reunidos aquí e n esta Sexta Conferencia d e Ministros de Defensa de las Americas. Por favor, permítame manifestarle cuánto aprecia mi delegación los magníficos preparativos Y cálida hospitalidad que han sido proporcionados por el Gobierno y el pueblo del Ecuador.

En algún sentido, señor Presidente, nuestro hemisferio es afortunado. Comparado con otras regiones en tiempos recientes, nosotros no nos hemos visto confrontados con el espectro de conflictos violentos entre estados, lo cual ha tipificado a otras regiones Y zonas en el período contemporáneo. En consecuencia, nosotros nos hemos visto libres d e los desastres masivos de la guerra y de la debilitante carrera armamentista que ha limitado las posibilidades de muchos estados de proporcionar una mejor calidad de vida a sus ciudadanos.

Lamentablemente, sin embargo, aunque hemos sido capaces de reprimir las amenazas tradicionales a la seguridad hemisférica y formar una plataforma de confianza mutua Y paz entre los estados actores e n el sistema hemisférico, han surgido nuevas amenazas cuyas consecuencias son severas para las posibilidades de estabilidad y desarrollo en el hemisferio.

Entre estas nuevas amenazas que enfrentan los países pequeños del Caribe, tales como Jamaica, están:
El desafío estas nuevas amenazas imponen a la integridad y viabilidad de los que pequeños estados del Caribe es muy grande y muy real. El valor de las drogas ilegales en la calle, que pasan a través del Caribe, excede en mucho el valor del comercio legitimo de muchos de los pequeños estados isleños. Los grupos de narcotraficantes a menudo disponen de recursos financieros que exceden en mucho los presupuestos nacionales de muchos de los estados del Caribe. Lo que es más, estos narcotraficantes, buscando sus nefastos objetivos, mantienen pandillas callejeras criminales, las que habiendo sido armadas y dirigidas, están e n el centro de la ola de homicidios, robos y otros crímenes, que disuaden la inversión y amenazan las posibilidades de desarrollo y viabilidad de los estados afectados.

Y como nosotros sabemos por eventos recientes, incluyendo el terrible desastre del 9/11 los estados que han fallado o están fallando o que son estados controlados criminalmente, constituyen una amenaza no solamente para sus vecinos, sino también para la estabilidad d e la comunidad internacional e n conjunto. Para estar seguros, ha habido respuestas efectivas que posibilitan la esperanza pero se necesita hacer más.
A pesar de los éxitos y beneficios que se han derivado de la cooperación internacional, hace falta hacer más y desarrollar una doctrina clara. Necesitamos, por ejemplo, definir claramente las funciones, relaciones y los límites, en la combinación de esfuerzo militar y la actividad de cumplimiento de la ley, de modo que guíelas acciones futuras en relación a estas amenazas. Las entidades militares y de cumplimiento de la ley no pueden existir más en compartimientos separados frente a estas nuevas amenazas a la seguridad, pero sus funciones y responsabilidades separadas necesitan una definición más clara.

En segundo lugar, frente a las insuficiencias de muchos establecimientos encargados de la ejecución de la ley y entidades militares, particularmente en los estados más pequeños, las comunidades internacional y hemisférica, deben hacerlo. Las Instituciones financieras internacionales, y los bancos de desarrollo, por ejemplo, no deberán persistir en su renuencia a prestaren apoyo del sector de ejecución de la ley, si como es generalmente aceptado, el crimen transnacional y violento constituye un impedimento principal al desarrollo. Además, los principales actores estatales necesitan hacer más para apoyarla adquisición de capacidades de defensa por parte de los estados pequeños.

Esto es vital si como todos lo aceptamos, la cadena de defensa hemisférica, es solamente tan fuerte como su eslabón más débil.

Yo espero señor Presidente, que en el transcurso de los siguientes días, el camino se dirija a soluciones concretas y efectivas para estos y otros problemas, y que las Américas tengan aún mayores perspectivas de paz, estabilidad y desarrollo.

Muchas gracias.