HAITÍ HOY: LA DIFÍCIL REALIDAD
Gustavo Castro (Investigador, SER en el 2000)
Noviembre 2004
Introducción
Cinco meses ya pasaron del comienzo de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití desde el 1 de junio hasta hoy, comienzos del mes de noviembre de 2004. Durante este periodo han ocurrido hechos fortuitos (los desastres climatológicos que arrasaron Haití) y hechos de raíces sociales, económicas, culturales, políticas. Este conglomerado, múltiple en variables, genera hoy una compleja situación que entremezcla actores internos y externos en un ambiente de alta inestabilidad y plantea la necesidad de un análisis exhaustivo de todos los componentes de la actual crisis que asiste a este país caribeño1, dentro de este marco de análisis realizaré una recorrida de base descriptiva de los últimos hechos ocurridos y de las tendencias que se vislumbran hoy día al respecto, para así intentar contribuir a la comprensión y a la búsqueda de soluciones al difícil problema haitiano.
Un País desintegrado
A fines de agosto de 2004 el gobierno provisional haitiano declaró que a partir del 15 de septiembre comenzaría a accionar para frenar los continuados hechos de violencia que se suscitaban en manos de varios grupos a lo largo del país. A pesar de dicho anuncio, la violencia no se detuvo y en la tercer semana de septiembre el huracán Jeanne tuvo su paso dejando al país en un estado total de devastación, dañando la poca infraestructura existente y potenciando la situación de malestar social reinante. Los integrantes de la MINUSTAH que se encontraban en Haití prestaron asistencia a las zonas afectadas pero la situación comenzó a deteriorarse: deterioro gubernamental, acusaciones cruzadas, aparición de nuevos actores; la escalada de violencia se vería con claridad entre la última semana de septiembre y la primera de octubre dejando como saldo dos miembros de la MINUSTAH heridos (uno parte de la delegación de Argentina y otro de Brasil). En Gonaive se comenzaron a registrar intentos de saqueos y ataques a los camiones transportadores de la ayuda humanitaria, hecho contrarrestado por la MINUSTAH en esfuerzos por mantener el suministro regular de la asistencia. A su ves en los últimos días de septiembre se iniciaron en Puerto Príncipe una serie de manifestaciones que enmarcadas en hechos conmemorativos reclamaban la restitución del depuesto presidente Jean Bertrand Aristide a su cargo. Estas manifestaciones tuvieron enfrentamientos armados con la policía y el saldo de víctimas fatales fue de más de 30 personas para mediados de octubre. Ciertos barrios de Puerto Príncipe, divididos por la predominancia del apoyo a lo diferentes actores de la crisis fueron protagonistas de ataques contra tropas de la MINUSTAH que realizaba tareas de patrullaje en los mismos. Dirigentes de la oposición mas radical al gobierno provisional comenzaron a denunciar persecuciones y detenciones arbitrarias contra ellos de parte del gobierno, hecho que comenzó a ser observado por funcionarios de la ONU, a la ves que grupos armados mayoritariamente los Chimeres (pro - Aristide) lanzaban la llamada “Operación Bagdad” (en alusión a la resistencia iraquí), una ofensiva violenta para devolver a Aristide al poder. Esta iniciativa de violencia fue rechazada y comenzó a ser controlada por tropas de la MINUSTAH que debían manejar un conflicto en donde las dos partes involucradas observan a todos los otros actores como enemigos. Las fuerzas Chimeres reclaman como base para su desarme el previo desarme de las fuerzas que encabezaron la rebelión del mes de febrero, lo que era reclamado de manera inversa por las fuerzas rebeldes mencionadas.
Es en este contexto que a fines de septiembre aparece un grupo de ex oficiales del ejército disuelto en 1995 liderados por Remissainthe Ravix, que amenazaba con avanzar sobre Puerto Príncipe para con sus medios poner fin a la violencia que se estaba desarrollando. Este grupo hizo su aparición en el escenario político haitiano a mediados de año y tienen como reclamo principal la restitución del ejército que ellos juzgan inconstitucionalmente disuelto en 1995, a lo que el gobierno les propuso su reintegración dentro de las fuerzas policiales de Haití ante al cual se encuentran en la actualidad divididos. Durante los últimos meses dicho grupo realizo intentos de copamiento de municipalidades y comisarías con el pretexto de ocupar vacíos de poder dejados por el gobierno y los Chimeres.
Es entre estos tres grupos no estructurados y el gobierno por donde el conflicto de mayor violencia gira hoy en Haití; a esto se le debe agregar la variable que indica que existen grupos armados que con la aprobación del gobierno rigen en ciertas zonas del país como órganos de control así como también de policía sumándose la existencia de pandillas y organizaciones de crimen organizado.
Ahora bien, los planes elaborados para avanzar en la pacificación de Haití establecen un periodo de transición política que tendría elecciones municipales y parlamentarias en julio de 2005 culminando con la realización de las presidenciales en diciembre de ese año y la asunción del nuevo presidente a comienzos de 2006. Para dicho logro las Naciones Unidas han declarado la necesidad de U$S 1370 millones, monto que fue prometido en la conferencia de donantes para Haití en Julio último, y una mayor participación en la reconstrucción de Haití por parte del PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo). Este factor, de importancia para el fortalecimiento de Haití será algo a tener en cuenta dentro de los meses siguientes, analizando los sectores a ser beneficiados así como su relación con asistencias y préstamos provenientes de otros organismos internacionales. También es importante aquí mencionar que en la actualidad el número de partidos políticos se extiende a 26 conformando un panorama político fragmentado donde se suman también más de 70 fuerzas políticas de diversos orígenes, que hoy día con el comienzo del proceso de conformación de las listas electorales comienzan a crecer en agresividad con sus actividades y divisiones internas.
Sin embargo a pesar de este fragmentado mapa político, el partido que sigue logrando un consenso (a pesar de ser minoritario es alto en comparación con lo logrado por los demás partidos políticos de manera individual) en Haití es Lavalas, quien no se ha sentado en las mesas de transición política y no apoya el proceso en marcha. A pesar de esto surgen dudas sobre la continuidad de este partido y su postura ya que en la actualidad se ha dado una ruptura interna del partido, el cual sufrió una escisión por parte de una facción que, a contrario de lo recomendado por Aristide desde el exilio, esta dispuesta a negociar con el gobierno e integrarse en los planes de transición política participando de las futuras elecciones.
Otro punto que en la actualidad genera inquietud es la actuación del gobierno haitiano liderado por Latortue, su gestión está en este momento siendo acusada de colocar de manera autoritaria a funcionarios regionales y municipales sin dar márgenes de diálogo con las fuerzas locales; de sostener a facciones armadas que son utilizadas por el gobierno como factor de presión dentro del conflicto interno, a la ves que se acusa al gobierno de imparcialidad en los ámbitos de la justicia y en la utilización de la policía nacional. Casos ejemplo de estas acusaciones son, en un primer lugar el arresto de Ivone Neptune dado el 27 de junio continuando su detención en un proceso legal lleno de cuestionamientos; por otro lado el arresto y enjuiciamiento de Louis Jodel Chamblain quien fue sometido a un juicio de solo 16Hs. en el que se lo absolvió de un asesinato cometido en 1993, Chamblain continúa detenido en la actualidad pero el fallido juicio que lo absolvió genera serios interrogantes acerca de la efectividad y la parcialidad de la justicia en Haití, así como provoca fuertes malestares dentro de las fuerzas políticas opositoras, principalmente de Lavalas que denuncia constantemente una persecución sistemática por parte de la policía nacional haitiana contra sus miembros.
Haití Hoy: incierto futuro inmediato
Hoy de esta manera Haití se encuentra inmerso en una crisis profunda donde la incertidumbre es la única certidumbre posible de encontrar.
Hay un país devastado; una composición política fragmentada que no ha demostrado en el transcurso de 2004 capacidad para generar consensos o construir políticas tendientes a avanzar en la solución del conflicto; grupos rebeldes los cuales sin alinearse con los partidos políticos pugnan por porciones de poder y dentro de los cuales siguen vigentes viejos odios contra quienes son considerados como contrarios, dando escaso margen a las negociaciones; un gobierno de transición que está siendo cuestionado y al cual la ONU esta observando con sus funcionarios para evitar abusos de poder y arbitrariedades; una fuerza multinacional la cual intenta construir un marco viable para lograr la ansiada transición política, la llamada y realización de elecciones, la conformación de una eficiente policía nacional, el desarme de los grupos armados y el velar por los derechos humanos; y una comunidad internacional que debe tomar conciencia de la gravedad de esta crisis2 que vislumbra una permanencia de la ONU en el terreno de largo plazo (se menciona de entre 10 y 20 años), donde es fundamental la llegada de la asistencia financiera, el soporte económico de la misión y la intervención de otros mecanismos internacionales que logren una estabilización y un desarrollo sostenido posible en el tiempo.
Por el momento han arribado en las últimas semanas 110 efectivos de Jordania, 200 efectivos de España que arribaron con vehículos para operar en el terreno en la primer operación conjunta que este país realizará con Marruecos (cuyas tropas arriban a Haití el 5 de noviembre), 309 tropas de Sri Lanka que se desplegaron en la zona de Leogane, una compañía de 87 ingenieros chilenos junto con otros ecuatorianos, 95 oficiales de policía de China (los que se planea lleguen a ser 200 en este momento) que instruirán a la policía haitiana en cuestiones de seguridad pública, y se espera la llegada de unas 500 tropas de Centroamérica en los próximos 30 días (desde el 8 de octubre una compañia policial guatemalteca de 70 hombres se encuentra en Puerto Príncipe).
Es de esperar que otros países (principalmente de Latinoamérica) envíen mas tropas a Haití y así alcanzar el número aprobado en su momento por el Consejo de Seguridad de la ONU de 6700 efectivos (número que se esta analizando su ampliación), así como que se encare un definitivo proyecto de estabilización de Haití a largo plazo.
Se sabe que lo último mencionado es algo muy difícil de lograr y que los actores responsables de su cumplimiento son varios y de diversos orígenes, pero si no se piensa y se construye realmente la posibilidad de encontrar una verdadera solución al conflicto, Haití seguirá sumido en un estado de crisis permanente y su estabilización y paz seguirá sonando como lo que para muchos es, solo una utopía.
Fuente:
Artículo publicado en el Boletín de RESDAL Nº 16, noviembre 2004.
(1) Un análisis de este tipo se encuentra en http://www.resdal.org.ar/haiti/main-haiti-crisis.html
(2) El cruce verbal ocurrido a raíz de las declaraciones del candidato presidencial de EEUU sobre la legitimidad de Aristide genero una fuerte acusación del comandante de la Fuerza en Haití, el brasileño Ribeiro Pereira, creando una crisis dentro del gabinete propio de Brasil.