lencia anómica generalizada en Venezuela. El presidente
venezolana
zo ha planteado y lo plasmó muy claramente en la Cons-
titución Nacional, la politización, pero principalmente la
partidización de los militares venezolanos, pero sobre todo
la colocación del sector castrense al servicio de sus ambi-
ciones de poder y de su “revolución bolivariana”, que no
aparece en ninguna parte del texto constitucional.
(Viene de pag. 18)
Venezuela, se materializó el uso de la violencia como ins-
trumento “revolucionario”. Pero igualmente grave, a mi
Nacional. Tampoco de esa juramentación se redacto un
profunda crisis y división no pudo, no fue capaz de ga-
rantizar la vida de unos venezolanos que protestaban
pacíficamente sus desacuerdos con un gobierno que mu-
chos venezolanos consideramos arbitrario, irresponsable
e ilegitimo. Las Fuerzas Armadas venezolanas no son ga-
rantía de equilibrio porque no merecen la confianza de
toda la sociedad. Una parte de ellas se colocó, y lo pudi-
mos ver todos, del lado de los “círculos chavistas”, que
estaban alrededor del Palacio Miraflores, durante la ma-
nifestación del 11 de Abril. El desprecio y repudio que una
parte bien importante de la sociedad venezolana siente
portante agregar también que el canal de TV del Estado, el
canal de venezolana de televisión, había sido abandonada
por sus empleados y luego del alzamiento de Maracay, es
retomada por parlamentarios del gobierno y comienzan a
enviar mensajes al país sobre las movilizaciones de la
gente leal al gobierno. Pero principalmente señalan que
Chávez, en ningún momento había renunciado a la presi-
dencia de Venezuela y solicitan su regreso al Palacio.
Fuerte Tiuna, bajo el control de las fuerzas leales. Carmo-
durante esos terribles días es muy grande, pero igual-
mente hacia los civiles que protagonizaron esa salvajada y
barbaridad de pretender arrebatarnos el gigantesco es-
fuerzo de acumulación de descontento y de resistencia
civil que venía muy gradual y lentamente evolucionando
en Venezuela, en contra del gobierno y su Presidente. Las
Fuerzas Armadas venezolanas no pueden preservar la paz
nacional, la vida, las propiedades y bienes de los ciudada-
nos. Operativamente están destruidas, el presidente Chá-
vez, dentro de su desesperación, trató de implementar el
militares. Posteriormente los Tribunales civiles y militares
se encargaron de tramitar lo correspondiente a los juicios
de los militares y civiles involucrados en todo este proble-
ma. A Pedro Carmona el juez le dio el privilegio de tener
su casa por cárcel. Chávez fue liberado y restituido como
Presidente el domingo 14 de Abril en la madrugada. Su
primera aparición pública fue en la Base militar de Mara-
cay; y el lunes 15 se dirigió al país, en un tono inusual y
extremadamente conciliador, en donde reconoció errores y
pidió perdón, pero sobre todo anunció una política del
moral, las jerarquías, y el liderazgo, valores decisivos en
las estructuras militares. Los Altos Mandos militares no
le respondieron, no por cobardes y desleales, como lo
declaró recientemente; no le respondieron a su llamado
porque no comparten su proyecto político, pero también
no le respondieron a sus órdenes por miedo a matarse
entre ellos mismos y desatar una Guerra Civil en Vene-
zuela.
dos bandos militares enfrentados, pero todavía es muy
temprano para conocerlos. Se nombró una Comisión para
establecer a los responsables de los venezolanos muertos
y también se nombró una Comisión de parlamentarios
para investigar los hechos del golpe de Estado, ya comen-
zaron las interpelaciones, seguramente allí saldrán algu-
nas revelaciones muy importantes sobre lo ocurrido, du-
rante esos aciagos días en Venezuela
nezolanos a sus funciones profesionales y separarlos radi-
civil y precisar exactamente su significación. En una so-
ciedad democrática moderna las funciones militares y
policiales, entre otras funciones, no se deben mezclar. Ese
funesto Plan Bolívar debe ser eliminado, al igual que los
fatídicos “círculos bolivarianos”.
do en Venezuela, una de las lecciones estrictamente mili-
tares más importantes que hay que sacar es que es im-
prescindible replantearse, en las específicas circunstan-
cias por las que estamos pasando en Venezuela, el papel
que deben jugar el conjunto de las instituciones que ma-
nejan las armas de la democracia venezolana. Estuvimos
y estamos todavía frente a la posibilidad real y concreta