Título: “La Nación Salvadoreña: Su Defensa, Seguridad y Desarrollo”

Defensa, Seguridad y Desarrollo Nacionales
Existe una relación indivisible y de interdependencia entre la tríada de los términos referidos a Defensa, Seguridad y Desarrollo Nacionales.
Estos, en su conjunto, son competencias de todas las fuerzas socioeconómicas y políticas de la Nación, y están presentes en las expresiones del Poder Nacional, es decir, en lo político, en lo económico, sicosocial, y militar.
Es en esa dimensión, que la Defensa y la Seguridad Nacionales, engloban tanto la preservación de la seguridad interna, como externa del Estado, de tal manera que garanticen al estado mismo, el ejercicio de la soberanía, y le faciliten, la libertad de acción para la autodeterminación y la obtención de los Objetivos Nacionales, como condición fundamental para propiciar el bien común, razón por la que los ámbitos de la Seguridad Nacional, se proyectan, principalmente, entre otros:
- En el plano de la seguridad interior, el mantenimiento del orden interno y de la tranquilidad ciudadana;
- En el plano económico, al establecimiento de las condiciones materiales para promover el desarrollo de todos los sectores productivos;
- En el plano social, a impulsar para todos los salvadoreños, el desarrollo humano en todas sus manifestaciones;
- En el plano de la seguridad externa, al mantenimiento de la soberanía del Estado y de la integridad del territorio; en el que la seguridad se materializa a través del esfuerzo diplomático y de la función de defensa.
En ese orden, se reitera que la Defensa y el Desarrollo Nacionales, están íntimamente relacionados, permitiendo que el Desarrollo Nacional aumente el Poder Nacional, y consecuentemente en ello, también su poder en disuasión que no solamente recae en la Fuerza Armada, sino también, en la firme y decidida voluntad de la comunidad nacional y la de sus dirigentes.
Es en esa línea, que la capacidad disuasiva debe estar acompañada de la disponibilidad de los medios humanos y materiales adecuados para la defensa, sin que la obtención de los mismos y el proceso de modernización institucional, en ningún caso, comprometan el desarrollo económico y social de la Nación; esto porque la disuasión, propicia de la estabilidad, y ésta última posibilita el desarrollo.